GENIVIERE

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Vaya melodía que trae el viento, no hay calma, tampoco tormentas, no canta la brisa, la lluvia no empapa nada a su paso y el sol ha dejado de ser abrasador.

Que vibrantes las cuerdas ante su dulce baile, que sus ojos permanezcan en los míos y sus labios adquieran el rojo intenso de las rosas mas vendidas.

Es costoso su tiempo, pero la bella dama que ha sido de tantos y entregado todo, recibe poco.

Vaya melodia que trae consigo el dinero colocado en tus manos, la farsa de una sonrisa, los oídos para escuchar secretos, benditos como el tacto que por las noches acoge al perdido.

Bajo tanto maquillaje pronuncias el nombre de quien te paga con un momento de importancia.

Ven a mí, como la nota repetitiva del estribillo; ven a mí, como ese acorde que se vuelve la base para marcar el ritmo.

¡Oh! Pero que seria de mi sin tus largas piernas presionando mi pecho, hundiendo el tacon en lo profundo de mi corazón para romper la copa del exilir que deseas beber.

Ven a mí, ven conmigo...llévame contra tus brazos mientras tú nombre es susurrado por la flauta. Mi bella musa...

La bella de todos, la ira misma.

DetritívorosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora