Era una cálida, colorida y linda tarde de un viernes donde el sol se posa en lo alto del cielo alumbrando el pueblo donde habitaba Luna, una chica de veintiséis años, cabello castaño oscuro, tez mestiza, ojos marrones, alta y administradora de un restaurante italiano heredado bajo el lema de su padre: "La comida italiana es la vanguardia de la gastronomía mundial". Protegería su pequeño restaurante, el cual varios turistas y clientes locales les encantaba sus recetas, el servicio y se tomaban fotos con su gato siberiano, Pelusa, rescatado de una playa sucia y desolada en Nápoles.
Sin embargo, los ingresos no alcanzaban para tener una calidad de vida superior y en ciertas temporadas como el invierno la situación era insostenible, tanto como para preocuparse de la vida de Pelusa y la de ella. Sus padres habían fallecido tiempo atrás a causa de un terrible accidente automovilístico a las afueras de Roma, así que tampoco tiene contactos que la apoyasen en aquella frustración económica.
Pasaban los años y la gente ya no visitaba tanto el pueblo porque con la pandemia del COVID-19, las restricciones viales se intensifican y vulneran el libre paso de autos por ciertas zonas antes concurridas. Las ventas de su negocio cayeron y los impuestos por pagar se incrementaron el doble por la inflación. Su gato ansiaba comida, se quejaba todas las mañanas por el terrible augurio de hambre y su tristeza desvanecía la esperanza en su corazón. Sollozaba en su habitación, miraba el cuadro donde sonreían sus padres, ella y Pelusa.
Pero un día llego un hombre elegante, corpulento y con intenciones complicadas. Se baja de su auto rojo de marca Tesla, se detiene en un acantilado observando el mar y respira hondamente. Sus semanas no eran las mejores ya que sus padres fallecieron de un paro cardíaco, su novia lo dejó por un hombre arrogante y su riqueza estaba en descenso por el cierre de una de sus empresas. Esa respiración finalmente expulsó el estrés, la desesperación y la frustración. Esa brisa refrescante del oeste, el calor del norte, las tormentas del sur y el agobiante sol del oriente saliendo de un cúmulo de nubes oscuras, grandes, densas y cargadas de agua. Cierra los ojos suplicando esperanza y al volverlos a abrir, tiene una vez más las ganas de encaminarse a un camino de prosperidad y seguridad.
Al devolverse, choca accidentalmente con la chica del restaurante italiano, la cual estaba trotando un par de kilómetros para reposar el almuerzo del medio día y los dos se caen al suelo, dándose un fuerte golpe en la cabeza. Por el lado del hombre, se tambalea un poco y casi se tropieza al vacío, de no ser por la varilla metálica de seguridad de medio metro; pero, por otro lado, la muchacha si se tumba al suelo, soltando un gemido de dolor y cubriendo el ojo izquierdo que también fue afectado. Unos minutos después de que su sistema nervioso termina de ser alterado, se ponen completamente de pie y se sientan en un banco de madera para recuperarse y finalmente hablar un poco, aunque esa charla se convertiría en un encuentro amoroso.
-Qué pena contigo – dice el hombre.
-No te preocupes, está bien – se soba la dama la cabeza y se amarra sus agujetas.
-Oye, te invito a un café, fue un error mío y mereces que te inviten a un café o un helado, siempre alegra mis días.
-Tranquilo, en serio, no te preocupes – el hombre le sigue insistiendo hasta que, por un ligero error, le toma de la delicada mano y se sonroja acto seguido – Lo siento, no fue mi intención – se separa del mano rápidamente y baja la mirada.
-De acuerdo, me convenciste, ¿Qué te parece si vamos a mi restaurante y pruebas uno de mis especiales? Te encantará ¿Tienes tiempo?
Asiente el hombre y le ofrece subirse a su auto evitando caminar más y entregándole al subirse una toalla limpia a fin de secarse el sudor y limpiarse la cara de las impurezas. Su uniforme para hacer ejercicio consistiendo en un short rosado, una camisa larga beich y unos tenis de distintos colores con patrones mándalas comprados desde el profundo desierto guajiro. De esta manera, recorrieron un poco más de dos kilómetros a la ciudad y llegaron al restaurante cerca de las ocho de la mañana; exactamente la hora de ingreso.
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Festival del Sol Dorado
Random¡¡Reanudamos nuestra gran presencia en Wattpad con este grandioso festival!! Queremos anunciar que el sol, la playa, las vacaciones, el amor y las traviesas aventuras en el bosque ya están preparadas para que ustedes, hermoso público las disfruten y...