Soy una titánide... hija del tiempo.
Sin límites y bendecida por todos.
Pero ahora no sé qué se supone que sea.
Extraño mi casa.
Extraño a mi familia.
Y, más que nada, extraño a mi padre.
Siento que los abandone para sobrevivir.
Para que estuviéram...
Atlas pasó por mí y nos fuimos juntos a desayunar.
— ¡Buenos días a todos! — dijimos al unísono.
Me acerqué a papá que estaba en la cabecera de la mesa, le hice una reverencia y le di un beso en la mejilla, fui con mamá que estaba a su izquierda y repetí mi acción, luego fui a mi lugar a la derecha de papá.
Cuando llegamos ya estaban casi todos reunidos solo faltábamos nosotros y Helios, que llegó después, con el pelo aún mojado dando aviso que se había levantado tarde, que secó con sus poderes evaporando el agua.
— ¿Ya estás preparada para el viaje? — dijo papá antes de darle un trago a su copa de icor.
— Ya casi papá, solo me falta empacar unas pocas cosas y ya —
— Estoy tan orgulloso de ti mi niña —
— Estamos — dijeron al unísono mis tíos Hiperión, Japeto y Krio que eran los que se encontraban presentes
— Recuerden que deben comportarse bien — nos mencionó tío Japeto
— Si papá, no te preocupes, Kaos ya nos conoce — le digo con una sonrisa
— Bueno, no nos preocupamos por su comportamiento — nos dijo mi tío Hiperión
— No sé de qué hablas tío — dije sonriendo — nosotros somos los titanes del buen comportamiento —
— Solo tú lo dices — dijo alguien riéndose atrás mio
— ¡Prometeo! — grité volteando hacia atrás viendo a mi primo Prometeo recargado en el pilar, al lado de sus hermanos Epimeteo y Menecio. Me levanté y caminé hacia él.
— ¡Princesa! — dijo alzándome del suelo y dando una vuelta, para después bajarme, reverenciarme y besar mi mejilla
— ¡Epimeteo! ¡Menecio! — abrace a cada uno para luego darles un beso en sus mejillas.
Cuando se sentaron Prometeo mirara hacia atrás de mí, dónde se encontraba Aetherios y que le dio pequeño asentimiento, creí que era una especie de saludo.
— Me menciono un sirviente que hoy parten para ver a Kaos — inicio Prometeo — ¿Nerviosa? —
— Para nada, es lo que siempre he esperado, y me he preparado para eso — solo tenía que hablar frente a las deidades primordiales, ya me habia preparado — Ademas el abuelo Urano va a estar allá ayudándome, tengo fe en mi —
Desayunamos todos en familia mientras charlábamos y nos poníamos al corriente con nuestras celestiales vidas.
Después de desayunar, fui a terminar de empacar algunas cosas ya que el viaje iba a ser de una semana
Mientras yo empacaba Iris y Arce terminaron de organizar las ofrendas y regalos, mientras Atlas y Helios igual empacaban lo suyo.
De repente tuve un mal presentimiento, sentí como si millones de espadas atravesarán mi corazón y mi alma haciéndome jadear, una visión haciéndome caer en la alfombra.
Aetherios estaba afuera de mi cuarto para ayudarme a bajar las cosas cuando terminara, al oírme gritar entró a mi cuarto, quedándose parado al verme retorcerme de dolor.
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