Las luces fluorescentes del hospital parpadeaban con una monotonía que no hacía más que enfatizar la quietud de los pasillos. Mismos que siempre le generaban un gran vacío en el pecho. Se dirigió a la habitación marcada en la ficha, sin tener la más mínima información sobre su paciente. Al entrar una figura familiar se encontraba sentada, cabizbaja, mirando fijamente el suelo, no le pareció extraño en un primer momento, pero al detallar bien sus facciones era como si supiera exactamente de quién se trataba.
- Dazai...
Leyó el apellido en la ficha de identificación de su camisa, sintiéndose extrañamente familiar con el nombre.
El mencionado sonrió, alzando la vista en su dirección. Chuuya le observó de arriba a bajo, sin preocuparse en ocultar su evidente asombro.
En silencio se sentó en el escritorio mientras abría el expediente de Dazai. Ojeándolo rápidamente, no había más que unos cuantos incidentes, análisis y muchos intentos de suicidio.
No era algo que pudiera sorprenderle en ese punto de su carrera, lo que en verdad le generaba curiosidad era la actitud del tal Dazai, de lejos incluso podría creer que estaba mentalmente en perfecto estado.
-Bueno... Mucho gusto, soy Chuuya Nakahara, tu nuevo terapeuta. Me llamaron de emergencia diciendo que era importante, sucede algo?
Era su primera sesión pero había decidido ser directo, después de todo las formalidades no parecían ser necesarias, era el tipo de persona a la que le molestaría ser tratado como ingenuo.
El castaño bostezó con pereza y se reclinó en la silla, cerrando los ojos al tiempo que mantenía su sonrisa, hablando por primera vez.
-Chuuya, que lindo nombre- Comentó casualmente, ignorando la pregunta. Tras unos segundos volvió a hablar, sus palabras lentas y tranquilas, como si tratara de recordar algo o le contara un secreto- Flecha... Y verdaderamente parece del cielo.
-Ah?- El pelirrojo estaba acostumbrado a oír comentarios incoherentes pero este lo superaba por mucho.
-Tu nombre, enserio nunca has buscado su significado? Que simple
Desvío la mirada, volviéndose rápidamente hasta quedar a centímetros de su rostro, pero sin poder tocarlo.
-Sabías que le ponen esta cosa a las personas que consideran peligrosas o dementes? Gracioso, tú qué piensas? Parezco un demente?
Chuuya suspiró, alejando el rostro del castaño con su mano, claramente estaba cambiando el tema, pero le alegraba ver que su paciente estaba tan dispuesto a hablar, aún así se preguntó el motivo de la camisa de fuerza.
-Si te pusieron eso fue por algo- Fingió desinterés.
-Solo lo intenté apuñalar en cuanto lo vi, no es para tanto, Mori exagera...
La habitación se quedó en completo silencio, el pelirrojo intentaba procesar la información, seguramente siendo ese el motivo de la asignación de Dazai tan de imprevisto, luego preguntaría los detalles, por el momento se dedicó a analizarlo físicamente mientras el otro permanecía distraído soltando datos curiosos sobre las plantas de la ventana. Sus vendas, bajo las cuales suponía ocultaba cicatrices, su cabello, facciones, manos, figura... Obtenía tanta y la vez tan poca información de eso.
-Te gusto o solo eres curioso?- Su mirada se encontró con la del pelirrojo, recostando la cabeza sobre el escritorio.
-Disculpa.
Estuvieron hablando por 30 minutos, mismo en los cuales Chuuya trataba de obtener información y entender la personalidad del otro, mientras Dazai se dedicaba a hacer observaciones sobre el lugar, y soltar datos curiosos acerca de las estrellas, como una máquina que graba y repite información... Comenzaba a aburrirle pero al tiempo le resultaba intrigante, había notado su inteligencia y lo locuaz que era, tanto que se había desconectado de la conversación.
-Quieres hablar de algo interesante, no?- Interrumpió su línea de pensamiento.
-Quiero saber sobre ti, no acerca de los 15 mejores cuidados para las gardenias- Aunque tratara de ocultar su sarcasmo, este se hizo evidente- y luego hablar sobre la modalidad de terapia.
-Ya... Hagamos un trato.
-No creo que sea posible, no debo hacer tratos con mis pacientes.
-Ni siquiera quieres escuchar mi propuesta? Puede que te agrade~
Lo notaba, notaba como su tono de voz era ligeramente más suave, lento y confiado, como quien llama a un gato, pero se supone que él era el terapeuta, cómo se podría dejar llevar de esa forma?
-Bien- No, Chuuya, no aceptes. Ignorando las voces de la razón se acomodó en su asiento- Cuál es tu propuesta?
-Yo te diré algo, algo sobre mi que sea cierto, tal vez cada sesión, tal vez cada 5 sesiones, tal vez una madrugada en tu buzón de voz, como sea, y cuando tengas ese dato aceptas una propuesta mía, algo simple y sencillo que yo te pida, aunque claro puedes negarte y yo cambiaría mi petición.
Chuuya escuchó atento cada una de sus palabras, sopesando las opciones, lo veía como una balanza, recibir y dar algo a cambio... Era justo.
-Bien, lo comentaré con tus supervisores-
-Ugh...
Y así, el de vendas se levantó de aquella incómoda silla, dedicando una sonrisa alegre a Chuuya antes de salir por la puerta, siendo esperado del otro lado por Mori, el médico y psiquiatra de Dazai, este le hizo un gesto y se retiró, pero entonces Chuuya cayó en cuenta de algo, un pequeño, minúsculo e insignificante detalle... Cómo había abierto la puerta si tenía la maldita camisa de fuerza!?
***
El castaño sonreía, siendo acompañado por el doctor hasta una habitación al final del pasillo, el hospital estaba en calma y sostenía en una de sus manos aquel pequeño objeto. Al entrar en el cuarto se arrojó en la cama sin molestarse en mirar a Mori, quien apagó la luz y se fue, una vez a solas Dazai cerró los ojos, apretando con fuerza el broche en una mano, esa noche logró dormir tres horas, un verdadero logro.
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Terapeuta
FanfictionUn joven terapeuta y su paciente dispuesto a no hablar, no importa el método, el tiempo o el lugar, Chuuya Nakahara está decidido a ayudar a Osamu Dazai hasta ver una sonrisa sincera en su rostro.