Familia

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-No, me niego- Repitió otra vez, dando vueltas por el asiento.

-Vamos Dazai, es lo que quiero saber esta vez, háblame de tu madre.

-Supongo que tendrás que cambiar de pregunta- Sonrió, jugando con uno de los lápices del escritorio- Hoy viniste muy curioso, no?

El pelirrojo se rindió, al menos por ahora. Dazai no parecía dispuesto a hablar de eso, por lo que prefirió dejar el tema un rato.

-Bien...

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-Aquí tienes.

Tachihara le entregó un café, él y Ryunosuke habían pasado por el consultorio para llevarle algo de comer a Chuuya, ya que este último no había tenido tiempo de desayunar.

-Y...Cómo vas con el loco? Olvidé su nombre.

-Se llama Dazai, y mejor no me arruines el desayuno.

Akutagawa por su parte se alejó de ellos, buscando entre los pasillos del lugar cierta habitación que recordaba.

Cerró la puerta tras de si, regalándose un segundo para inhalar el aire del lugar, todo seguía como lo recordaba, los pocos libros en una esquina, la cama perfectamente tendida y el reloj sobre la mesa. Suspiró, en verdad odiaba a ese hombre, deseaba poder acercarse a Dazai, pero desde aquel día nunca volvió a hablarle, nunca lo vio de nuevo para darle las gracias por la vida que tenía ahora, y tampoco había vuelto a oír su nombre...

-Vete, ya no importa el plan, toma a Gin y corran lo más que puedan.

-Pero... Dazai-san.

El otro niño lo miró con molestia, indicándole sin palabras que se callara, y así lo hizo, obedeciendo a su orden, mientras corría se dio la vuelta una última vez...

La cadena, la sangre, la pálida piel... Ese gesto de vacío."

Salió de la habitación rápidamente al escuchar la voz de Tachihara.

-Akutagawa!! -Llamaba a voces pese a ser un hospital.

-Haces mucho ruido.

-Dónde te habías metido? No importa, vamos.

Tachihara le dio una palmada en la espalda, comenzando a guiarlo por el pasillo hasta la salida.

Para la tarde, Chuuya estaba un poco mejor, ya había comido e incluso tuvo un descanso más largo entre consultas, por lo que se sentía un poco más capaz de soportar las estupideces de su paciente.

-Ohh, ahora te ves mejor- Observó el castaño con una sonrisa, devolviéndole a Chuuya la hoja en blanco que le había dado el día anterior.

-No escribiste nada.

-No me interesa, puedes preguntar directamente y te responderé, no necesitas ponerme a hacer casas o escribir sobre mis frutas preferidas.

De acuerdo, eso si sonaba un poco tonto, pero fue la única actividad que había encontrado en su momento de desesperación.

-Dazai, qué palabra viene a tu mente cuando digo "Hogar"?- Preguntó sorpresivamente.

Si, estaba atacando por ahí, nada más parecía efectivo, en los registros de terapia nunca mencionaron detalles sobre la vida familiar del castaño, por lo que valía la pena intentar.

-Mmm.

-Responde de una vez, si lo piensas no tiene sentido.

-Es que no imagino nada, es una palabra y ya- Respondió simple, pero parecía que Chuuya había logrado un pequeño acceso

Este último, recordando la conversación de la mañana no insistió más con el tema de su madre, pero no había intentado preguntar por su padre... Así que no perdía nada con probar, verdad?

-Y qué tal la palabra "Papá"?

...

Silencio, nadie respondió, supuso que fue por algún impacto, pero de nuevo simplemente se había distraído con la vista de afuera.

-Dazai!

-Yaya, perdón, cuál era la pregunta?

-Que cuál es la palabra que viene a tu mente cuando digo "Papá"

El castaño mordió su labio, ampliando la sonrisa, luego comenzó a reír -Una muy divertida, Chibi, imagínate diciendo "Daddy"~ o algo así.

El pelirrojo se levantó rápidamente de ahí, con la excusa de ir por un vaso de agua, sin dejar ver su frustración y el notorio sonrojo en su rostro, pensando en descartar su teoría sobre la familia de Dazai.

-Una no muy divertida...Mamá- Susurró para si mismo una vez estuvo solo.

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Fuera del asunto de la terapia, Mori trabajaba para sacarlo de allí, no le servía de nada tenerlo recluido en un hospital mental, por lo tanto ōgai en su parte más sensata decidió cobrar un favor, uno de los muchos que le debían, en esta ocasión se dirigió a Taneda, quien sin muchos reproches accedió,  pero con la condición de que continuara en terapia, ya que el castaño había estado demasiado tiempo en el sistema, y sus constantes visitas por intentos de suicidio eran un problema innecesario para el ministerio... Además de que si se "curaba" inmediatamente formaría parte del cuerpo policial, tal vez como un investigador o líder de alto rango, pero la razón aún era un secreto.

Martes, el día de la salida de Dazai, cada martes tenía derecho a salir un día y hacer lo que quisiera, y hoy era una de esas ocasiones, ni siquiera aprovechaba esos momentos, era algo sin sentido, no habían cosas tan interesantes o importantes, pero en la noche, aburrido de no hacer nada, quiso salir un rato fuera para beber, luego pasaría a visitar a ese chico impaciente que tanto le divertía.

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-Dazai-san!!- Se apresuró Atsushi a saludar al ver entrar al de vendas en el bar- Hace un tiempo que no lo veía...

-Ohh, Atsushi, estás de turno hoy?- Él ya lo sabía pero quiso comentarlo como una casualidad.

Si, estaré toda la noche- Le sonrió amablemente, limpiando la barra de bebidas- Cómo está? quiere tomar algo?

"Algo que no sea detergente" Pensó, observando la expresión alegre en el rostro del contrario, en verdad lo apreciaba, era una de las personas a las cuales más admiraba, aunque conociera su pasado eso no le quitaba mérito en lo absoluto.

-Ya veo... Dame lo de siempre- Se sentó frente a la barra, sacando un par de pastillas de su bolsillo- a ver... Me tomo la verde o la roja? Tú cuál crees que sería mejor, Atsushi?

-Ninguna de las dos.

-Ayy, que aburrido~

El más joven se apresuró a traer el Whisky, observando las pastillas que probablemente eran algún medicamento que no necesitaba, o un relajante.

-Aquí tiene... Por cierto, Dazai-san, a dónde había ido? No venía desde hace tiempo.

-No te preocupes por eso, fue magia~

"-Dazai, por qué quieres retomar la terapia? Hace meses dijiste que ya no te interesaba.

-No creo que funcione como usted lo espera, pero vale la pena intentarlo, no?

En realidad no, la terapia no le podía importar menos, pero había decidido que cumpliría su promesa, que al menos lo intentaría."

Sonrió ante el recuerdo, saliendo de allí horas después para ir a buscar a cierto pelirrojo.

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En esta ocasión no se mencionó el acuerdo ya que Chuuya no quería ir tan rápido, intentaba acceder a Dazai de una forma más lenta y natural.

Terapeuta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora