Into You. (Camren)

Prólogo.

Era el primer día de clases en la Escuela católica Carrollton. Estaba sentada en una banca esperando a mi mejor amiga, Dinah, cuando la ví de lejos. Nunca la había visto antes, así que este ha de ser su primer día acá. Era blanca, casi pálida, cabello oscuro y hasta un poco más largo que el mío, y desde donde estaba sentada, pude notar sus brillantes ojos verdes mirando hacia el piso. Se veía un poco triste, o tal vez enfadada. Pero tenía una mirada que no te invitaba a acercarte, para nada. 

Desde que la ví aquél día, me llamo la atención. Me atraía todo de ella, desde su hermosa apariencia hasta el extraño aire a ''emo'' que la rodeaba. Desde que la ví, supe que tenía que hablar con ella.

Eso no pasó hasta después de dos años.

Mientras tanto, me dedicaba a...como decirlo sin tener que usar la palabra ''acosar''...observar, podría ser. La miraba siempre que tenía oportunidad, pero con disimulo. También la observaba mediante redes sociales, específicamente Instagram, ya que era en el único lugar donde subía fotos. 

Pronto descubrí que era un año mayor que yo, y para más ironía, estaba en el mismo grado que mi ex novio, ahora amigo. 

- ¿Quién es la nueva que entró a tu grado? -le pregunté. -La de ojos verdes con cabello largo.

-¿La hija de satanás? No sé, no he hablado con ella. 

-¿Por qué le dices así? -pregunté, un tanto ofendida por lo que había dicho.

-Tiene mirada asesina, Camila. Y el primer día fue usando delineador por todos su ojos. Eso ni siquiera es permitido aquí. Creo que es emo, o algo así, si eso te ayuda. -se encogió de hombros.

-¿Sabes cómo se llama? -le pregunté, ignorando su comentario.

-Su nombre es Lauren -me respondió. -Lauren Jauregay.

-¿Jauregay? -pregunté, confusa. -¿Su apellido termina en ''gay''?

-¡Jauregui! -dijo en carcajadas, recordando el verdadero apellido. -No me culpes, su apellido es raro.

Lauren Jauregui...

Luego de un año me recuperé de mi obsesión con aquella chica, y todo estuvo en calma. Había regresado con mi ex novio, y estaba feliz con la vida que tenía. 

Hasta que ella decidió hablarme un día.