Capitulo 15

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ALEXANDER CARSON

Julieth Carson, Era esa braza que mantenía mi corazón cálido, era por quien volvía de cada operativo. Ella era a la primera que traía mi cabeza cuando estaba apunto de morir
" Si muero que será de ella"
" Si muero quien la ayudara cuando lo necesite "
" Quien la enseñara a conducir"
" Quien la defendera"

Cuando estas más muerto que vivo son las preocupaciones o el arrepiento que te carcome. Esas preguntas mientras se repetían en mi cabeza. Por esas precauciones me convertí en uno de los mejores

__" Cuídate Ale, Te amo manito" !!

Siempre gritaba en la puerta principal mientras yo salía de casa con la promesa de volver. Ese día en el me llamaron e informaron de lo sucedido, Mi corazón dejo de latir, Un miedo intenso y arrasador subió por mi Garganta. Todas las voces las oía lejos ni supe como fue que llegue hasta la puerta de mi casa.

Mi madre tendida en la cocina con ese chillante delantal amarillo cubierto de su sangre. La harina y huevos derramados por el piso. Mi vista quedó prendida de un pequeño zapato Lila con pequeñas mariposas.
Como pude llegue a el, lo tomé contra mi pecho y después Nada... No recuerdo como llegué a la central pidiendo que la buscarán ni recuerdo como terminé en el hospital amarrado a la camilla.

Y ese mismo miedo lo sentí hoy, cuando vi a esta mujer colapsar delante de mi, Cuando trataba de quitarse la ropa, cuando su linda cara de porcelana se puso morada. Tuve un miedo que jamas creí volver a experimentar y eso de alguna manera me preocupa.

Lo que creí que solo seria un gusto solo un acoston puede ser algo más y es algo que yo no estoy preparado.

La observo acostada en mis brazos, su respiración más tranquila y con ella la mía también. Aparto su mechon negro de su cara, mi vista baja a sus labios tan suaves de ese color rosa, gruesos, perfectos para morderlo.

__ Quien eres mujer , quien eres y por qué siento que te conozco de toda la vida.

Un pequeño gemido recibo como contestación, sacó el aire retenido cerrando mi ojos. Tengo una montaña de trabajo, alguien tiene que mantener este maldito cuartel como muchos más a flote. Alguien tiene que supervisar mis negocios y aquí estoy, acostado en una cama que no es mía con una hermosa ninfa en mis brazos.

Y lo peor de todo es que puedo quedarme aquí sin importarme si el puto mundo arde hasta las cenizas y eso me enoja tanto.

La puerta se abre de un tirón.
La mujer con la respiración agitada me mira con los ojos muy abiertos después la ve a ella.
Cierra la puerta tras su espalda y con grandes pasos llega a lado izquierdo de la cama, la mira.

La acerco más a mi pecho y le doy una mirada de perro apunto de atacar cuando ella levanta la mano para tocarla. Con el ceño fruncido me mira feo, esta consternada y yo también por que no se ni por que reaccione así. Respiro una vez dos veces más y relajo mi agarre y solo entonces la toca.

Sus hombros se relaja y suelta el aire que lleva reteniendo, se pasa la mano por el cabello bien recogido.
La observo dar media vuelta y se desploma en la cama y como si fuera lo más normal del mundo se acuesta de una manera que la hermosa ninfa quede en medio de nosotros

La observo como cierra sus ojos, para después abrirlo y  una pequeña lágrima se asoma por la esquina de sus ojos cafés.

__ Cuando supe lo que paso en la enfermería... Tuve miedo __ Suspira entre cortado __ Tuve medio que hubiera estado sola.

EL MUNDO A TUS PIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora