valle

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El vuelo hacia el Valle fue tanto un alivio como un desafío. Alicent, aferrada a Baela, mantenía a Alonde cerca, protegiéndola del viento helado. Criston, herido pero determinado, se sujetaba firmemente a Lucerys mientras el dragón surcaba los cielos con fuerza y velocidad.

—¿Cuánto falta para llegar al Valle? —preguntó Alicent, su voz apenas audible por el rugido del viento.

—No mucho —respondió Baela—. Una vez que lleguemos, encontraremos un lugar seguro para descansar y atender las heridas de Criston.































Mientras tanto, en Desembarco del Rey, Rhaenyra enfrentaba las consecuencias de la traición de Daemon. La corte estaba en un estado de agitación, y los rumores sobre la confrontación se habían extendido rápidamente. La reina sabía que debía tomar decisiones rápidas y decisivas.

—Convoca a mis consejeros —ordenó, su voz firme y autoritaria—. Tenemos mucho que discutir y poco tiempo.

Daemon, consciente de la gravedad de la situación, se mantuvo en silencio, observando cómo Rhaenyra tomaba las riendas con una determinación renovada.






























En el Valle, Alicent y su grupo finalmente aterrizaron en un claro protegido. Los dragones se posaron suavemente, permitiendo que sus pasajeros descendieran con cuidado. Baela y Lucerys ayudaron a Criston a bajar, sus heridas necesitaban atención inmediata.

—Necesitamos encontrar refugio y suministros —dijo Baela, su mirada recorriendo el entorno—. No podemos quedarnos aquí al descubierto.

Alicent asintió, su preocupación por Criston evidente en sus ojos.

—Vamos. Hay una cueva cerca de aquí que podría servirnos de refugio temporal.

El grupo se movió rápidamente, buscando la cueva que Alicent había mencionado. Al llegar, encontraron que era lo suficientemente espaciosa para albergar a todos y protegerlos del frío y de los posibles perseguidores.

—Baela, ¿puedes buscar agua y leña? —pidió Lucerys—. Yo atenderé a Criston.

Baela asintió y se adentró en el bosque cercano. Mientras tanto, Lucerys comenzó a limpiar y vendar las heridas de Criston, quien se mantenía firme a pesar del dolor.

—Gracias, Lucerys —dijo Criston, su voz débil pero agradecida—. No sé qué habría hecho sin tu ayuda.

Lucerys sonrió ligeramente, concentrado en su tarea.

- No lo hacemos por ti, lo hacemos por lady alicent y tenemos preguntas, comenzando por esa bebe




































En Desembarco del Rey, los consejeros de Rhaenyra se reunieron en la sala del trono, sus expresiones reflejando la tensión del momento. La reina, con Visenya en brazos, observaba a cada uno de ellos con una mirada penetrante.

—La búsqueda de Alicent continuará —declaró Rhaenyra—. Pero debemos hacerlo con inteligencia. Daemon tomará un papel más consultivo en este asunto.

Daemon, notando el tono autoritario en la voz de Rhaenyra, asintió en silencio. Sabía que su papel había cambiado, al menos por el momento.

—Necesitamos un nuevo plan de acción —continuó Rhaenyra—. Uno que asegure que no sólo encontremos a Alicent, sino que también mantengamos la estabilidad en el reino.

Uno de los consejeros, Lord Corlys Velaryon, intervino.

—Mi reina, quizás deberíamos considerar enviar un pequeño grupo de búsqueda en lugar de un ejército. Un enfoque más sutil podría ser más efectivo.

Rhaenyra asintió, su mente trabajando rápidamente.

—Muy bien. Corlys, encárgate de formar ese grupo. Quiero que partan lo antes posible.


































Mientras tanto, en el Valle, Baela regresaba con agua y leña, creando un pequeño fuego en la cueva para brindarles calor y una fuente de luz. Criston, ya vendado y descansando, se recostó contra la pared de la cueva, su mirada agradecida posándose en cada uno de los presentes.

—Ella es alonde, alonde strong —dijo Criston—.

Alicent, sentada junto a él con Alonde en brazos, asintio viendo a los jovenes.

—Es la única hija de sir larys strong, luego de que te hermano me entregará como su esposa -dijo alicente viendo a Lucerys.

La noche cayó sobre el Valle, y el grupo se acomodó en la cueva, encontrando un momento de paz en medio del caos. Sabían que el peligro aún acechaba, pero también sabían que juntos, tenían una oportunidad de sobrevivir.

Aemond salió de la cueva a tomar aire y lucerys fue detrás aún enojado con el.

- Que pasa contigo aemond? Es que a caso quieres volver con Nymeria o porque tanta cercanía?

Aemond se giro a verlo y negó viendo a otro lado

- Eso no te incumbe STRONG

Lucerys sintió como la sangre ardía dentro de su cuerpo y se lanzó sobre su tío que cayó al suelo pero lo agarro de los brazos

- Cual es tu maldito problema tuerto?!

Aemond lanzó un puño a su rostro y lo apartó de su cuerpo.

- Tu eres mi maldito problema lucerys! Tu y tu horrible forma de atraer me como un imán





























En Desembarco del Rey, Rhaenyra observaba la luna llena desde su ventana, su mente llena de preocupaciones y esperanzas. Sabía que la búsqueda de Alicent no sería fácil, pero estaba decidida a encontrar a él amor de su vida y asegurarse de que el futuro de Poniente fuera uno de paz y unidad.

El destino de los Siete Reinos estaba en juego, y cada movimiento contaba. Mientras los dragones volaban y las intrigas se desarrollaban, una cosa era segura: la historia de Poniente estaba lejos de terminar.

Amor En ValyrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora