Capítulo 5

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Mientras tanto, afuera de la capilla, Bokuto y Akashi esperaban con los corazones en vilo, abrazados en un gesto de apoyo mutuo que reflejaba la intensidad de sus emociones. La espera se hizo larga, cada segundo pesaba como una eternidad mientras esperaban la decisión de Kenma y Kuroo sobre la donación de órganos.

Finalmente, el Dr. Izumi salió de la capilla, su expresión seria y comprensiva mientras se acercaba a Bokuto y Akashi. Ambos miraron al médico con una mezcla de esperanza y temor, anhelando escuchar cualquier indicio de noticias sobre Hikaru y la posibilidad de salvar a Akari.

— Kenma ha decidido no proceder con la donación de órganos —anunció el Dr. Izumi con voz suave pero firme.

Bokuto apretó los puños con frustración, sintiendo cómo la esperanza se desvanecía ante la realidad devastadora de la situación.

— ¿No hay ninguna otra opción? —preguntó Akashi con voz entrecortada, buscando desesperadamente una salida a través del laberinto de emociones y decisiones difíciles.

El Dr. Izumi sacudió la cabeza con pesar.

— No, lamentablemente no hay otra opción. Comprendo lo difícil que es esta situación para todos ustedes. Estoy aquí para apoyarles en lo que necesiten —dijo el médico con compasión, sabiendo que las palabras no podrían mitigar el dolor profundo que todos enfrentaban.

Bokuto y Akashi se miraron el uno al otro, compartiendo la carga del dolor y la pérdida. Se abrazaron con fuerza, encontrando consuelo mutuo en medio de la impotencia y la tristeza.

En la quietud de la capilla, después de haber recibido la noticia de la negativa de Kenma a la donación de órganos, Kuroo se sentó junto a él, su expresión reflejando preocupación y una determinación serena.

— Kenma... entiendo lo que estás sintiendo. Pero quiero que consideres la opción de la donación. Podríamos salvar vidas con esto, podríamos hacer algo positivo en medio de todo este dolor —expresó Kuroo con voz calmada pero firme, buscando encontrar un punto de conexión en medio del conflicto emocional que los envolvía.

Kenma miró a Kuroo con frustración evidente en sus ojos, sus emociones a flor de piel.

— No puedo, Tetsurou. No puedo aceptar perder a Hikaru y luego pensar en dar partes de él como si fuera algo... como si aceptará su partida —respondió Kenma con voz temblorosa, su tono mezclado con tristeza y determinación.

Kuroo suspiró suavemente, sintiendo el peso de las palabras de Kenma.

— Lo entiendo, Kenma. A mí también me duele todo esto —comenzó Kuroo, su voz resonando con empatía profunda—. Pero, ¿y si su corazón puede salvar...?

Antes de que Kuroo pudiera terminar su frase, Kenma lo interrumpió con un estallido de dolor y frustración que resonó en toda la capilla.

— ¡Es mi corazón también! —exclamó Kenma, su voz quebrada por la emoción—. No puedo... no puedo pensar en perderlo y luego decidir darlo como si fuera... es mi pequeño...

Kuroo se quedó en silencio, absorbiendo las palabras de Kenma con respeto y dolor compartido. Sabía que las palabras de Kenma reflejaban no solo la angustia por la pérdida de su hijo, sino también el conflicto interno sobre lo que significaba la donación de órganos en ese momento de profunda pérdida.

Kuroo salió de la capilla con paso pesado, llevando consigo el peso del dolor compartido con Kenma. Sus pensamientos estaban llenos de la angustia de su esposo y la profunda tristeza que inundaba el ambiente. Mientras caminaba por el pasillo del hospital, sumido en sus pensamientos, se encontró con Akashi, quien estaba esperando cerca.

My Heart Is Yours | KuroKenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora