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Una chica de pelo negro caminaba por el bosque escuchaba como todos hablaban, murmuraban, estaba metida en sus pensamientos hasta que alguien la abrazo e hizo que saliera de sus pensamientos.
—¡Lea!, te estaba buscando ─ dijo una chica con pelo claro, con pecas, de una altura un tanto pequeña.
—¡Melody!, ¿paso algo? ─ Melody era una hija de afrodita, casi todos mis amigos eran hijos de afrodita.
—¿Qué tal si hoy le dices a Luke? ─ dijo sonriendole a su amiga.
—No lo se... ─ no quería romperle las esperanzas a su amiga de que Luke le aceptara una cita.
—¡Por favor! ─ le suplicó a su amiga.
Melody le estuvo suplicando un rato hasta que Lea acepto decirle a Luke.
—Cambiando de tema, ¿te enteraste que hay un chico nuevo? ─ dijo con curiosidad.
—¿De verdad? no sabia─ se le quedó viendo a su amiga con curiosidad —¿Cómo se llama?
—¿¡No sabias!? todo el mundo habla de eso Lea, ¿vives bajo una piedra? ─ río sarcasticamente —Aunque no se su nombre, pero dicen que mató a un minotauro, ¿crees que sea verdad?
Hablaron durante un rato, pero Melody tuvo que ir ayudar a su hermana. Lea decidió ir con Luke, no quería decirle que su amiga quería invitarlo a salir, pero lo tenía que hacer, se lo había prometido a su amiga.
Llegó a la cabaña de Hermes, iba a entrar, pero vio a Luke afuera y se le acerco.
—¡Luke! ─ le grito mientras se le acercaba.
—Lea, ¿pasa algo? ─ preguntó un poco preocupado.
—No, bueno si, o sea no ─ balbuceo un poco hasta que alguien la interrumpio.
—Hola, soy Percy, no te había visto, ¿cómo te llamas? ─ tenía una sonrisa en sus labios.
La mirada de Lea cambio hacia la persona que tenía a lado Luke, y cuando lo vio, por alguna razón no pudo apartar su mirada de esos ojos azules, fue como si todo el mundo se hubiera detenido cuando vio esos ojos.
—Su nombre es Lea, Lea Baker, es un poco timida ─ le contestó su nuevo amigo mientras movia disimuladamente a Lea para que reaccionara.
—Mu-Mucho gusto, y-yo me tengo que ir ─ mostró una sonrisa nerviosa y se fue con un paso rápido.
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Lea caminaba por el bosque, estaba yendo a su cabaña, había sido un día largo, iba cantando una canción en voz baja, mientras veía el suelo.
