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lea's pov
Logramos abrir la puerta, pero cuando entramos no había nadie, solo un hoyo en el piso.
—¿Qué pasó aquí? ─ pregunté asustada.
—No lo se, hay que bajar ─ me contestó Annabeth.
Bajamos y toda la policía estaba alrededor interrogando y averiguando que es lo que había pasado. No podía pensar con claridad en ese momento, él tenía que estar vivo.
Las moiras me sacaron de mis pensamientos, nos miraban mientras cortaron un poco de lana, es decir, una vida.
—Vamos, hay que buscar a Percy ─ nos habló —Está vivo, lo sé.
Nos fuimos de ahí mientras gritabamos su nombre, llegamos a un lago y lo vimos a lo lejos, saliendo del agua y subiendo hacía donde estabamos.
Cuando lo vi no pude evitar sonreír, estaba vivo, y se veía bien, parecía que ya no tenía nada, ni una sola herida. Se veia como siempre solo que con cabello mojado, su piel había vuelto al color natural y sus ojos seguían teniendo ese brillo. Desde, ¿cuando le había empezado a prestar tanta atención hacia su físico?
—Hola, miren lamento haberlos empujado por las escaleras, hasta escucharme decir eso suena muy mal, pero yo sabía que no estarían de acuerdo y no había suficiente tiempo ─ trataba de explicarnos a lo lejos. Annabeth y Grover caminaban hacia donde estaba, pero yo me quede quieta metida en mis pensamientos, ¿esto era real?
De la nada mi cuerpo comenzó a acelerar el paso, y lo abrace mientras se me salían unas lágrimas. Percy también me abrazó, Annabeth y Grover llegaron en donde estabamos y me separe del abrazo aún llorando.
Percy me limpió las lágrimas, no se porque me sentía nerviosa, le sonreí cuando acaba de limpiarme las lágrimas.
—No te atrevas a volver a hacer una estupidez como esta de nuevo ─ le dije dandole un golpe que lo hizo caerse.
Le di mi mano ayudandolo a levantarse, sabía que no lo necesitaba, pero por alguna razón quería ayudarlo, se levantó con mi ayuda.
—Asi que no estás muerto xomo pensamos ─ habló el sátiro.
—¡Sorpresa! ─ mencionó el rubio riendo.
—¿Qué ocurrió? ─ preguntó Annabeth.
—Versión corta, tenemos que ir a Santa Mónica ─ le contesto Percy.
—¿Qué?, ¿ahora? ─ pregunté.
—Sí, me encontraré con mi padre ahí, él nos ayudará ─ me contestó mientras sonreía.
