Todo el mundo estaba esperando la llegada de ese momento. Emma. Jasmine. Papá Oliver. Chiara. Violeta. Y, sobre todo, el pequeño de la familia: Joey. El niño corrió a los brazos de Violeta como si la conociese de toda la vida y la pelirroja no tardó en cogerlo en brazos y dar vueltas con él mientras los demás los observaban con adoración. Chiara no podía quitar la sonrisa tonta de su cara al ver la primera interacción entre su hermanito y su novia.
Tenían concierto de OT en unas horas pero la pelirroja quería pasar el máximo de tiempo posible con el niño. Hablaban animadamente, charlaban sobre videojuegos-faceta friki que Chiara desconocía de Violeta-, y no paraban de abrazarse. Alzó las cejas sorprendida de que hubieran congeniado tan bien.
Realmente la escena se resumía en la animada conversación de ambos mientras los demás presentes observaban la química que había surgido desde el principio entre los protagonistas de la escena. Violeta mostraba esa dulzura tan característica suya que se acrecentaba en presencia del pequeño de los Oliver.
—¡Violeta, no te vayas!–dijo el pequeño agarrándose a las piernas de la pelirroja y haciendo un puchero.
—Ay mi niño...—murmuró Violeta agachandose un poco para acariciar su carita.—Nos vemos después, ¿vale?
El niño asintió algo triste y terminó cediendo mientras observaba como su hermana y su ídolo se marchaban. Chiara notó la sonrisa radiante de Violeta, su hoyuelito marcado, y se quiso morir de ternura en esos momentos.
—Tienes el hermano más adorable del mundo.–comentó Violeta mirándola con ojos brillantes y una sonrisa de fascinación.
—Lo sé. Viene de familia.–dijo Chiara encogiéndose de hombros sin ocultar la elevación de la comisura de sus labios. Adoraba ver a su novia así. Y más cuando la causa era algo tan importante para ella como era familia.
–Bueno... Joey se lleva la palma.—dijo Violeta.
–¿Perdón?—dijo Chiara cruzándose de brazos y poniendo exactamente los mismos morritos que su hermano pequeño.—¿Me estás diciendo que es más adorable que yo?
La pelirroja soltó una carcajada pero no lo negó, simplemente hizo una mueca con la boca y subió las manos pidiendo piedad. Chiara solo bufó y siguió andando negando con la cabeza, pues estaba claro que Joey se había convertido en el favorito de Violeta en cuestión de minutos.
-Amor, no te habrás picado, ¿no?_dijo Violeta en tono burlón. Solo por su expresión de suficiencia, Chiara sabía que estaba disfrutando como una niña de su reacción.
Por suerte, el equipo de maquillaje las reclamó en esos momentos ya que tenían que darse los últimos retoques. Huyó hacia su camerino correspondiente evitando que las burlas de Violeta se alargaran más de lo necesario.
No volvieron a hablar del tema, pero Chiara se hizo la digna y acortó cualquier interacción con Violeta, y esto también se notó durante el concierto. Seguramente Twitter explotaría en drama al ver el panorama, pero ya era demasiado tarde. La morena se mantuvo más cercana con Ruslana y Martin tras finalizar, si no era con uno, era con el otro, o con ambos a la vez. En el fondo, se alegraba de estar solo los Marruski, pero en parte también quería devolvérsela de alguna manera a Violeta.
–Ya está bien de huir de mi, pequeña.
Unos brazos rodearon la cintura de Chiara por detrás provocando las sonrisas instantáneas de Ruslana y Martin. Chiara reprimió la suya propia y se deshizo del agarre de Violeta de forma despreocupada.
–No sé de qué me hablas, simplemente estoy pasando tiempo con mis besties—respondió encogiéndose de hombros.
Violeta les echó una mirada a los amigos de la guiri y estos entendieron, huyendo automáticamente de la escena. Menudos traidores, pensó Chiara para sí misma mientras torcía el gesto.
–Te has picado por lo de Joey y me la estás devolviendo, admítemelo.—dijo Violeta. Sus ojos analizaban cada rasgo de la más pequeña para no perderse ni un detalle de sus expresiones.
–¿Y por qué debería importarte tanto? ¿No es tu favorito?–preguntó Chiara cruzándose de brazos y alzando las cejas con cierto desafío en su mirada.
La pelirroja soltó una carcajada sonora negando con la cabeza. Sus brazos, puestos en la cintura de la pelinegra, la acercaron más a su cuerpo de manera que sus rostros quedaron a centímetros.
–Amor... tú eres mi persona favorita. Nadie en este mundo puede ocupar tu lugar–respondió acariciando esas curvas que tanto le mataban.
–Pues hace unas horas no estaba tan claro...—dijo la morena haciéndose la dura, aunque sus mejillas rojizas la delataban.
Violeta sonrió de medio lado antes de acercar sus labios al cuello de Chiara y empezar a besarlo de manera pausada y sensual provocando que la pequeña quisiera deshacerse allí mismo.
—Si quieres, puedo demostrártelo...–murmuró la granadina con voz ronca, sus manos descendieron hasta el culo de la inglesa, dándole un fuerte apretón.
Chiara gimió, esta vez sin poder reprimirse mientras sus manos agarraban el cuello de Violeta de manera instintiva. A la mierda, ya no quería jugar más, pensó para sí misma. Iba a responderle cuando la puerta del camerino se abrió provocando que ambas se separasen de manera automática.
—¡Hermanita! ¡Vio!–gritó Joey. El pequeño corrió hacia ambas.
Ambas lo recibieron en sus brazos mientras regulaban el ritmo de sus respiraciones agitadas. El chico se amoldó a ellas anclándose como un koala provocando unas risas, también en Emma y Jasmine, que habían entrado poco después del niño.
–No para de repetir que quería ver a Violeta ya así que aquí estamos–dijo Jasmine riendo.
Emma asintió acorde sonriendo.
—Let's take a photo of you both–propuso Emma refiriéndose a Joey y Violeta.
Los aludidos sonrieron y se pusieron para la foto, Violeta abrazando el pequeño cuerpo de Joey como si su vida dependiese de ello. Emma miró satisfecha las fotos en su móvil y asintió. Las iba a subir a redes y el fandom de las chicas iba a flipar en colores.
–Emma, ¿nos la puedes hacer a nosotras dos?–dijo Violeta señalándose a si misma y a Chiara. La inglesa la miró sin entender.
La madre asintió riendo. Violeta se acercó a su novia, que estaba algo confusa y sin previo aviso la cogió en brazos haciendo que pegase un grito y rodeara con sus piernas la cintura de la pelirroja. En esa posición, Emma les hizo varias fotos.
–Done. Ahora os las paso–dijo la mujer y Violeta asintió satisfecha.
Poco después, las chicas volvieron a quedarse solas. Chiara, sentada al lado de su novia, sonrió con ternura.
–¿Lo dejamos en empate entonces?–preguntó Chiara con una sonrisa tonta.
Violeta desvió la mirada del móvil para posarla en ella.
–Cariño, amo a este niño con toda mi alma, pero tú no tienes rivales–dijo la mayor dándole un beso en la cabeza.
Horas más tarde, la pelirroja entró a instagram y subió una historia haciendo un collage de la foto con Joey y la foto con Chiara poniendo mi pequeñito y mi pequeñita.