La cama estaba un poco más dura que la noche anterior, abro los ojos pero la ventana estaba abierta por lo que la luz me daba incomodidad.
Miro un poco más a la derecha y Fernando estaba apoyado contra la ventana, un brazo lo tenía contra la pared mientras veía el amanecer, aún no salía el sol pero el cielo ya no estaba tan oscuro.
Su mirada estaba perdida y no traía camisa, solo su ropa interior, no lo podía ver con anticipación pero se que solo tiene su boxer puesto.
— Fernando, que haces despierto tan temprano?
Mi voz estaba quebrada y casi lo digo como un susurro, Fernando gira la cabeza y se aleja de la ventana.
— solo estoy viendo el lugar.
Dice mientras pasa sus labios por mi oreja, su mano me rodea y me pega a él.
— ven, quédate aquí.
— se nota que aún tienes sueño Owen.
Fernando se levanta y me ayuda a ponerme de pie.
Me lleva a la ventana y se pone atrás de mí para abrazarme y poner su cara cerca de la mía, el cielo ahora es más claro y el sol apenas se nota por sus colores amarillos.
Lo más probable es que en unas horas esté nublado nuevamente.
— me gustaba estar despierto a estas horas con mi madre, solíamos ver el sol salir y ver cómo el cielo se ponía de esos colores tan vivos.— dice Fernando con su voz algo ronca mientras pasa su mano por mi cadera.
— a ella le encantaba el amanecer, solía verlo cada mañana durante los últimos cinco años de su vida, hasta que finalmente se fué, ahora quiero creer que ella está en lo más alto, mirando lo que una vez admiró desde abajo.
— ella estaría orgullosa de ti.
— supongo.
El instituto se veía tan solo a estas horas, por la ventana se podía ver una parte del lugar y más allá el bosque.
Y ahora que lo pienso solo queda un día para el viaje al bosque, ya por el campamento de cabañas.
— Fernando, parecemos novios.
— ya sé, y eso que no me eh declarado aún.
— pues ya no es necesario.
— lo sé.
— ya me lo has demostrado muchas veces.
— solo te voy a besar, para que olvides todo ese dolor que tienes Owen.
Fernando me besa lentamente y pongo mi mano contra su pecho desnudo, no me atrevía a mirar abajo ya que solo está en ropa interior y no quiero arriesgarme, además no se vé nada ya que aún está un tanto oscuro.

Sí lo amaba...

el silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora