Abro la llave de la regadera y el agua cae en el asiento echo de mármol, el azulejo del baño quedaba bien con la madera oscura de la cabaña, afuera estaba haciendo frío y ya es de noche, me hecho shampoo y en eso la puerta se abre.
Abro un poco los ojos y Fernando entra a la ducha y me abraza por atrás, su cuerpo desnudo me toma por sorpresa y me besa el cuello y mi boca, puedo sentir lo excitado que está por lo duro que tiene entre sus piernas, me da la vuelta para verlo a él y me pone contra la pared, después se sienta y me pone en su regazo desnudo, era inevitable no poder ver su miembro erecto y grueso.
— no quieres chocolate?
Me dice en una voz ronca y me agacho, empiezo a pasar mi lengua y el se estremece, sus brazos me agarran la cabeza y me hunde más a su miembro, carajo, se me dificulta por lo largo y grueso, pero a él le gustaba demasiado, sus piernas estaban abiertas para que yo pudiera agacharme con facilidad.
El agua caía por su pecho y abdomen, Fernando estaba apoyando su mano en el suelo y la otra en mi cabeza, su miembro me estaba llegando a la garganta y solo podía seguir así, me levanta y abre la puerta del baño, salimos y me deja caer en la cama todavía mojados, se sube arriba de mí y separa mis piernas, pude jurar que sentía cada centímetro de él.
Fernando jadeaba y yo ahogué un gemido en la almohada, la cama rechinaba con los movimientos que Fernando hacía, me estaba dejando roto pero me gustaba, me dolía pero me gusta si es de él.
Fernando levanta un poco su cuerpo y mueve sus caderas más rápido, sus gemidos eran rudos por como se movía, pude ver estrellas con el encima.
Se que le excita pensar hasta donde llegaré.
— carajo estás bien suave.
Dice Fernando cuando se apoya más para que sus estocadas sean más fuertes.
De amigos normales a amantes en una cama.
— carajo...— no podía hablar por lo fuerte que me estaba dando Fernando, yo sabía que ya no le faltaba mucho, o eso pensé.
Fernando saca su miembro de mí cuerpo para moverme y ponerme encima de su miembro, pongo mis manos alrededor de sus hombros y el pone sus brazos alrededor de mi cintura, entonces me deja que yo ahora me mueva encima de su regazo, movía mis caderas y el jadeaba y sonreía algo cansado, su pecho estaba sudoroso y yo casi también, las sábanas mojadas por no secarnos y los dos jadeabamos por la excitación que tenemos.
Su pene de 17cm y grueso me llegaba hasta el fondo, no su piel suave y yo soy su primera vez, y el la mía, Fernando agarra mi trasero y el me guía para yo hacer los movimientos que el quiere, me sacude un poco y el me besa, su lengua su sabor todo.
Se que me ama. Entonces me empuja para que yo quede boca abajo otra vez y me vuelve a follar. ya no aguantaba y justo en su última estocada se detiene y su semen sale y lo siento espeso y caliente dentro de mí.
Fernando cae de espaldas a la cama y yo no paro de temblar de mis piernas.
Fernando agarra la sábana y me tapa, el se pone una almohada encima de su entrepierna...

el silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora