Parte 16

339 57 36
                                    

Todos atienden sus respectivos dolores de cabeza al día siguiente, pero incluso el día después de Navidad Soobin tiene que trabajar, por lo que se marcha después del almuerzo, y Yeonjun desaparece durante el resto del día. No se miran a los ojos durante el breve tiempo que pasan compartiendo la cocina, bebiendo café y compartiendo aspirinas para el dolor, y cuando Soobin regresa esa noche, Beomgyu lo compensa mostrando su afecto por él, sintiendo una extraña sensación de culpa. Y cuando Soobin lo lleva a su cama y ofrece sexo oral, Beomgyu se lo permite, a pesar de que no se siente realmente con el ánimo, se obliga llegar al orgasmo gracias a los pensamientos que tiene de unos ojos, una boca, piel y manos que no se parecen en nada a las de Soobin, aumentando así la culpabilidad.

Se levanta de la cama más tarde, cuando Soobin se ha dormido, se interna en la oscuridad y el frío de la sala, mira a su alrededor buscando la manta y cuando no la encuentra, se pone la sudadera con capucha que encuentra en su lugar. No es hasta que se envuelve en ella mientras mira la televisión que se da cuenta que le pertenece a Yeonjun, su olor se filtra en sus sentidos provocando un hormigueo sobre su piel.

Yeonjun llega un momento más tarde, como siempre, y luce curiosamente tranquilo. Beomgyu no puede leer su lenguaje corporal, ni siquiera sabe cuánto recuerda de la noche anterior, y cuando Yeonjun no hace más que dejar las llaves en el mostrador y sonreír brevemente, Beomgyu pregunta—: ¿Dónde has estado?

—Pasé el día con Ryujin.

Beomgyu asiente con la cabeza, y espera que sea la verdad y que Yeonjun no haya estado caminando por las calles todo el día solo, evitándolo. —¿Lo pasaste bien?

—Fue bueno, sí. —Yeonjun murmura vagamente—. Voy a poner el agua a hervir.

Regresa con dos tazas de té caliente y pone una en manos de Beomgyu mientras se sienta junto a él.

—Gracias —esto se siente tan irreal y a la vez tan normal que no puede entenderlo.

Yeonjun asiente señalando el televisor. —¿Dónde estamos hoy?

—Edimburgo —dice Beomgyu después de tomar un momento para pensar. En realidad no ha estado prestando atención al programa de tv.

—Es muy bonito.

—Nunca he estado allí.

—Deberías —dice Yeonjun—. Pide a Soobin que te lleve.

La mención de Soobin es deliberada, con eso lo ha traído aquí, poniéndolo entre ellos como una barrera. Un recordatorio de por qué anoche fue un error, y no el tipo de noche de la cual Beomgyu todavía puede recordar cada detalle, sentir cada toque. Traga saliva. —Mira, lo que pasó anoche...

Yeonjun lo mira y con tal mirada le pide que calle. —¿De verdad quieres hablar de eso?

—Fue solo que, —dice Beomgyu, pero sí, lo quiere, de verdad—. bebimos mucho, las cosas se pusieron un poco raras…

—Está bien —dice Yeonjun, con tono ligeramente molesto.

Beomgyu contiene la respiración, mira el costado de la cara de Yeonjun. —Me voy a casar con tu mejor amigo —pero lo está diciendo por las razones equivocadas y lo sabe. No está diciéndolo para recordarle a Yeonjun por qué lo que pasó la noche anterior estuvo mal, lo dice por qué lo que está sintiendo es peligroso y masivamente inapropiado.

Cuando Yeonjun lo mira, Beomgyu ve en él agitación, culpa, pero sobre todo, ira. Todo el te deseo pero no puedo tenerte. —Y sigues recordándomelo.

Yeonjun le sostiene la mirada, y hay tristeza asentándose dentro de Beomgyu, haciéndolo sonreír pero sin rastro de alegría. —¿Sabes que es gracioso? —Pregunta con tono gentil—. Conocí a Soobin la noche de tu fiesta de despedida. Aparentemente te acababas de marchar y por eso no te vi.

❝don't marry him❞ yeongyu. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora