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Su concentración estaba fija en el tablero delante de él, con su ceño fruncido al igual que sus labios

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Su concentración estaba fija en el tablero delante de él, con su ceño fruncido al igual que sus labios. Su pierna izquierda se movía rápidamente ante su desesperación por encontrar el movimiento para poder continuar con la partida. Segundos después sonrió ante su idea, por lo que movió la pieza del caballo y tocó el reloj a su lado con un aire triunfal.

⸺ No puedo creer que te hagas llamar mi padre, Dietrich ⸺ Su rostro estaba serio al utilizar un alfil para tomar al caballo que segundos antes había sido movido y se cruzó de brazos ⸺ Jaque mate.

⸺ ¡¿Qué?!

Su voz resonó por todo el lugar, captando unas miradas de molestia ante la interrupción del silencio y otros con aburrimiento.

Acercó su rostro al tablero y se dio cuenta de que era cierto, había perdido el juego por su incompetencia.

⸺ Me niego, hiciste trampa ⸺ Desvió la mirada de allí para ver al exterior de loa ventana a su lado, escuchando de fondo la risa sarcástica de su hija.

⸺ Aprenda a perder, señor Dietrich, no siempre se gana.

Guardó las fichas y el tablero en su bolso de mano al ver a unos hombres llegar al lugar. Agradecía haber llevado el talero pequeño, así no pesaría demasiado a la hora de cargarlo. 

⸺ Ahí vienen señor Ritcher.

Solo bastaron esas palabras para que el hombre recuperara la compostura y se levantara de la silla para saludar a los recién llegados.

⸺ Bien, se acabó el descanso ⸺ Murmuró para ella misma mientras se levantaba y se quedaba al lado de su padre para darle paso a uno de los recién llegados.

Lena sabía que si quería continuar con el puesto que tenía, debía hacer bien su trabajo. Aunque claro, durante el camino a la oficina de su padre estuvo insultando al mismo por eso, porque estaba segura que él lo había hecho a propósito. Se resignó a presentar sus quejas delante de él y se dispuso a realizar cada una de las actividades que él le asignaba.

Y hasta cierto punto, no estaba siendo tan detestable trabajar con él, en algunos momentos se sentaban a jugar Ajedrez o Damas, y ambos ganaban en sus respectivos juegos predilectos, compartiendo entre sí estrategias propias y que habían aprendido a lo largo de su vida. 

Dietrich estaba más que alegre con eso. Estaba emocionado por volver a tener la misma convivencia con su hija antes de su recaída por las adicciones que había presentado antes.

Se dio cuenta que no lograría nada con su indiferencia y mal trato hacia ella, y no lo hizo solo.

Una visita sorpresa a su hermano y la madrina de su hija le ayudó un poco.

Notó lo poco que sabía de ella, como por ejemplo que tenía un tatuaje que compartía con su hermano. ¿Dónde estuvo él cuando lo hizo? En un bar tal vez, o en su oficina consumido por los efectos del alcohol en su organismo. ¿Dónde estuvo él cuando su pequeña estuvo en la comisaría por pelear en la calle? ¿Dónde estuvo él cuando ella había ganado su primer campeonato en ajedrez? ¡O cuando estuvo trabajando con su hermano en su casino! 

𝐒𝐔𝐓𝐈𝐋𝐄𝐙𝐀 ⸻ 𝐌𝐈𝐂𝐇𝐀𝐄𝐋 𝐊𝐀𝐈𝐒𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora