Después de que Juani terminara su turno, decidió salir con Andy. Ambos caminaron por las calles cercanas, disfrutando de la tarde soleada mientras conversaban.
—Cuéntame de ti, Juani —dijo Andy, mostrando interés genuino.
Juani sonrió, sintiéndose cómodo con Andy a su lado.
—Bueno, trabajo aquí en la cafetería mientras estudio en la universidad. Me gusta mucho la música y toco la guitarra en mi tiempo libre. Y tú, Andy, ¿a qué te dedicas?
Andy reflexionó por un momento antes de responder.
—Trabajo en una librería y también estudio diseño gráfico. Me encanta dibujar y soy un apasionado de los libros de ciencia ficción. Además, tengo un perro llamado Max que es mi compañero de aventuras.
Los dos continuaron compartiendo detalles de sus vidas mientras caminaban por la ciudad, descubriendo intereses comunes y disfrutando de la compañía mutua.
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—¿Por qué tan sonriente, encito? Mm? —dijo Blas mientras fumaba un cigarro.
—Nada, solo desperté de buen humor —respondió enzo, tratando de ocultar su alegría tras una expresión casual.
Enzo, que había estado perdido en sus pensamientos, se sobresaltó ligeramente al darse cuenta de que Blas estaba observándolo.
Blas arqueó una ceja con una sonrisa socarrona.
—Ah, seguro que es por alguna razón especial. ¿Algún proyecto nuevo en mente o algo que celebrar? —preguntó Blas, interesado en la respuesta de Enzo.
Enzo se rascó la nuca, pensando en cómo responder sin revelar demasiado de sus sentimientos personales.
—Bueno, sí, hay algunas cosas emocionantes sucediendo últimamente —respondió Enzo de manera evasiva, sin querer entrar en detalles.
Blas asintió con complicidad.
—Entiendo. Bueno, me alegra verte de buen ánimo. Siempre es bueno tener algo que te haga sonreír, ¿verdad? —dijo Blas antes de dar otra calada a su cigarro y volver a sus tareas.
Enzo asintió con gratitud y continuó con su trabajo, pensando en los eventos recientes que lo habían puesto de tan buen humor.
Después de la breve conversación con Blas, Enzo siguió trabajando en la cafetería, pero su mente volaba hacia Matías. Recordó cómo habían compartido momentos especiales juntos, la forma en que Matías lo hacía reír con sus bromas y cómo se sentía completo cuando estaban juntos.
Mientras servía café a los clientes habituales, Enzo no pudo evitar sonreír para sí mismo. Pensó en la próxima vez que vería a Matías, preguntándose si podría encontrar una manera de expresarle cuánto significaba para él.
De repente, el sonido de la campanilla de la puerta lo sacó de sus pensamientos. Levantó la mirada y vio a Matías entrar por la puerta, con una sonrisa radiante que iluminó toda la habitación.
—¡Hola, Enzo! —saludó Matías con entusiasmo, acercándose al mostrador donde Enzo estaba.
Enzo sintió cómo su corazón se aceleraba ante la presencia de Matías.
—Hola, Matías —respondió Enzo con una sonrisa cálida y sincera—. Qué bueno verte.
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Juani llevaba puesto un traje de Spider-Man, completo con la icónica máscara roja, mientras se tomaba una foto frente a un espejo. En la imagen, se podía ver claramente su entusiasmo por el disfraz, con los detalles del traje destacando su figura. Mientras Juani posaba, Andy, de forma involuntaria, apareció en el fondo de la foto, con una expresión de sorpresa y diversión al ser capturado en ese momento espontáneo.
—Eres un chistoso —se quejó Juani, riendo suavemente.
—¿Por qué? —respondió Andy, tomándolo de la cintura y dándole un beso en la mejilla.
Juani se quedó sin palabras por un momento, sorprendido pero feliz por el gesto afectuoso de Andy.
Juani sintió cómo sus mejillas se calentaban por el gesto cariñoso de Andy. Aunque había sido tomado por sorpresa, no pudo evitar sonreír ampliamente.
—Porque... no esperaba eso —respondió Juani finalmente, mirando a Andy con afecto.
Andy sonrió, acariciando suavemente la mejilla de Juani con el pulgar.
—Me gusta sorprenderte de vez en cuando —dijo Andy con ternura, antes de apartarse un poco y mirar a Juani a los ojos—. Eres increíble, Juani.
Juani se sintió abrumado por las palabras de Andy, sintiendo un cálido nudo en la garganta.
—Gracias, Andy. Tú también eres increíble —respondió Juani sinceramente, apreciando profundamente la conexión especial que compartían.
Ambos se quedaron mirándose por un momento, sumergidos en el silencio cómodo de la complicidad y el cariño mutuo.
—Eres agradable, Juani —dijo Andy con sinceridad, mirándolo a los ojos.
Juani devolvió la sonrisa, sintiéndose feliz y reconfortado por las palabras de Andy.
—Gracias, Andy. Tú también eres muy agradable —respondió Juani, apretando suavemente las manos de Andy.
Ambos se quedaron allí por un momento, disfrutando de la compañía mutua y de la conexión que comenzaban a compartir.
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La foto que se tomaron andy y juani es esta:
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