CASARSE CON UN JUSTICIERO {traducido}

capitulo 3

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La cena fue interesante. Todos estaban reunidos alrededor de una mesa grande en la que fácilmente podrían caber varias personas más. Marinette estaba sentada entre Damian y su madre; en el lado opuesto, Tim, Stephanie y Cass ocupaban los asientos. Ella estaba contenta de que todos fueran personas a las que conocía lo suficiente. Fue abrumador. Antes, la Navidad siempre era solo para ella y sus padres. De vez en cuando, Nona también venía. Y hubo una vez, cuando tenía cinco años, cuando su tío abuelo la visitó. Había demasiada gente.

Damian le apretó suavemente la mano, asegurándole que estaba bien. Comió un poco, pero los nervios le hicieron perder el apetito rápidamente. Ella estaba en Gotham. Celebrando la Navidad con la familia de su marido. Marido... Iba a tener un ataque de pánico. Ella no estaba lista.

—Está bien, Habibti. Aquí todos somos amigos —le susurró Damian al oído, al ver que estaba perdiendo el control—. Nadie nos va a juzgar por nada.

" Pero no hice ningún regalo para los Kent. ¡Y no sabía que tu hermano mayor tenía una hija! Y soy un total torpe. Probablemente derribaré el árbol, se caerá y pondré la casa en marcha. fuego y terminarás sin hogar o alguien saldrá lastimado y entonces tu familia me odiará y los Kent me odiarán a mí y a mí..." siguió susurrando cada vez más rápido hasta que finalmente comenzó a sentir la necesidad de respirar o pasar. afuera. El jurado aún estaba deliberando.

Al ver el pánico de su hija, Sabine también le agarró la mano y la apretó suavemente. "Cariño, vamos a tomar un poco de aire fresco", dijo lo suficientemente fuerte para que la gente que estaba cerca la escuchara antes de llevar a Marinette afuera. Nadie pestañeó cuando la pareja pasó junto a ellas.

Una vez que las dos estuvieron en el jardín trasero, Mari sintió que las piernas le fallaban y, de no ser por su madre, probablemente se hubiera desplomado. La mujer la abrazó fuerte y condujo a la niña hacia el banco, que afortunadamente no estaba cubierto de nieve.

"Lo siento mucho, mamá. No sé... Me sentí abrumada. Había tanta gente y era la primera vez que conocía a la familia y a los amigos de mi marido, y supongo que no estaba preparada para todo esto...". Hablaba rápido.

—No te preocupes, cariño. Lo entiendo. ¿Te conté que, cuando conocí a tu Nona por primera vez, accidentalmente la puse sobre mi hombro y la tiré al suelo? —preguntó Sabine, sonriendo comprensivamente a su hija.

"¿No realmente?"

"Sí. Bueno, en mi defensa, ella me sorprendió con un arma que disparaba caramelos".

Marinette no pudo evitar reírse de eso. Parecía algo que su Mémé haría.

"Al principio se sorprendió y yo tenía miedo de haberla lastimado. Pero después decidió que yo era aparentemente digna de salir con su chico y nos dio su aprobación".

"Entonces... ¿la moraleja de esta historia es que debería darle la vuelta a Talia para que me acepten?" Mari preguntó con una sonrisa descarada.

—Eso también, cariño. Incluso puedo prestarte algo de mi bolso si quieres un efecto más... permanente .

"¡Mamá!"

"Bien..." refunfuñó Sabine de buen corazón. "No necesitas preocuparte por encajar o cómo te percibirán. He visto cómo te mira ese chico y lo apruebo". Ella sonrió. "Eso es todo lo que debería importar".

"Gracias, mamá. Me alegro de que estés aquí". Abrazó a su madre mientras las dos se sentaban juntas en el banco, disfrutando del frío de la tarde hasta que el frío se volvió irritante en lugar de refrescante.

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Cuando los dos regresaron, la cena estaba llegando a su fin. Marinette notó siete agujeros ardientes en el techo pero no hizo comentarios. También había un plato en llamas junto a Jason que parecía decidido a no reconocer. Además, Mar'i y Jon estaban levitando sobre la mesa y jugando piedra, papel o tijera, excepto que usaban los accesorios. En silencio, Marinette caminó para tomar asiento junto a Damian. Su madre se acercó a hablar un poco con Bruce sobre algo.