4.- Los dos antihéroes.

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Narrador: Muy bien, El Colorificado. Hablemos del Copperajah en e-

¿El Coppe-qué? No, a mí de esos Pokemón raros de Galar y Paldea no me hables, que soy pobre y me quedé en la séptima emulada.

Narrador: Ah, ***che jodido. Bueno, mira, hablemos del Donphan en el Centro Pokemón.

Así si se entiende.

Narrador: ¡Déjate de tonterías y dime cómo metiste una persona en una Pokebola!

¿De qué hablas?

Narrador: ¡No te hagas el inocente! ¿Qué tal si le duele?

¿Quieres confirmar en carne propia? *lo amenaza con una Pokebola*

Narrador: *traga saliva*

Hoy te la paso porque quiero empezar rápido, que el último episodio lo dejamos a la mitad. Sólo di tu línea.

Narrador: Está bien, está bien, no hay necesidad de ofuscarse.
¡Nos encontramos en el Gimnasio de Ciudad Petalburgo, dónde Blasco, nuestro nuevo amigo, está a punto de proponerle un intercambio Pokemón al líder Norman!

Blasco: *entra en el gimnasio* D-disculpe, señor Norman.

Norman: ¡Ah, eres tú, Blasco! ¿Cómo te fue? ¿Ya te rendiste?

Blasco: ¡M-me fue excelente! ¡Sal ahora Slakoth!

Norman: (Muy sorprendido) ¡¿Qué?! ¿Un Slakoth? ¿Y de pie?

Blasco: Sí, creo que tuve mucha suerte, pero no por él, sino por que hice un amigo.

Norman: ¿Un amigo? ¿Se habrá encontrado con mi hijo?

Blasco: Sí, su Zigzagoon. Hace un momento, durante la batalla, sentí una conexión especial con el Zigzagoon que me prestó, y creo que él y yo nos hicimos amigos. Y, cómo escuché que usted se especializa en la línea de Slaking, me preguntaba si...

Norman: ¿Quieres intercambiar un extraño Slakoth despierto, por un Zigzagoon cualquiera?

Blasco: Ese es el punto. Para mí no es un Slakoth cualquiera, es mi amigo. ¿Entonces, qué le parece?

Norman: Yo acepto encantado, pero no quiero que te arrepientas. Tal vez ese Zigzagoon te trató así porque no ha salido de su Pokebola en cinco meses.

Blasco: ¿Qué? ¿En verdad? ¿Tanto tiempo dejó a Zigzagoon encerrado? Ahora me da pena el pobre de Slakoth.

Norman: No te preocupes por él. Zigzagoon estaba en la Caja del PC porque no me servía de mucho en el gimnasio y por ser líder de gimnasio no se me permite enviar mis Pokemón a un profesor, para que no sobreentrenen a los de los aspirantes a la liga. Slakoth, en cambio, tendría mucho que hacer por aquí.

Blasco: En ese caso, si tanto Zigzagoon como Slakoth estarán más felices, no hay nada más que hablar.

Norman y Blasco realizaron el intercambio como dos caballeros, y cada uno se fue con su Pokemón tipo normal. Ahora, si Norman hubiera sabido que Zigzagoon conocía Fachada, otra sería la historia. A pesar de que a Norman le interesaba saber cómo capturó un Slakoth con un Zigzagoon nivel 7, estaba un poco ocupado con la oficial Jenny investigando sobre su DT perdido, así que se quedó con las ganas. 

Blasco regresó al Centro Pokemón para estar un rato con Max antes de irse. Volvía a caminar por Ciudad Petalburgo por últimas veces, ya que en la noche partiría para siempre. Pero no quería deprimirse aún. Ahora tenía dos amigos. Un Zigzagoon que lo acompañaría siempre, y un entrenador al que siempre recordaría como la última persona que conoció en su amada ciudad. Quería ser feliz ahí las últimas horas que pudiera.

El Heredero del Héroe - PokemónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora