01

50 2 0
                                    

Stolas no quería casarse con ella; Ni siquiera la conocía bien. Se sentía tan mal, ¿y quién no lo haría? Estar atado a alguien que no amaba y tener que aceptarlo sin quejarse. Nadie sabía cuánto deseaba que en lugar de ella estuviera él, su verdadero amor. Mentiría si dijera que no tenía esperanza de que algo impidiera la boda, pero sabía que era muy difícil que eso sucediera.

Después de la discusión que tuvieron, aunque se reconfortaba al saber que su padre curiosamente lo había invitado a la boda, ¿era raro? Por supuesto, ¿por qué su padre lo invitaría si despreciaba a Blitzø? ¿Era para que le doliera más? ¿Tanto había fallado como hijo para que lo torturaran de esa manera? Porque sabía que al verlo en la iglesia correría hacia él y lo besaría, le diría todo lo que siente en verdad y pediría que se estuviera de ahí, pero no podía...

Por más que no conocía bien a Stella, sabía que ella estaba tal vez igual que él. Tal vez no quería casarse y solo lo hacía por obligación. Ahora se sentía peor, porque si él llegara a abandonarla en el altar, ella quedaría humillada y la casarían con alguien peor. Todo esto se sentía como una cárcel sin salida y poco a poco se acababa el tiempo para poder escapar de ella.

—¿En qué tanto piensa, joven Stolas? —interrumpió un pequeño imp que le estaba poniendo los últimos detalles al traje de novio.

—Nada importante —dijo Stolas con tristeza, queriendo llorar como un niño pequeño—. ¿Ya va a estar listo el traje?

—Sí, no se preocupe, joven —respondió el diablillo—. ¿Sabes? Unas fuentes confiables me dijeron que el joven Blitzø está en la iglesia junto con sus otros invitados.

Stolas se paralizó. ¿Él sí fue? Entonces sí existe la posibilidad de que impida la boda. Eso lo alegró y apresuró al imp para que terminara el traje. Una vez listo, bajó con ansiedad las escaleras. Estaba seguro de que todo estaría bien. Le apenaba a la otra joven, pero en serio no lo hacía con mala intención; solo buscaba la felicidad, y esa felicidad era estar con Blitzø.

-En la iglesia-

En la entrada de la iglesia, Stolas ya iba a entrar junto a su padre, los nervios lo mataban hasta que lo vio, en ese traje elegante. De repente todos se fueron y solo quedaron ellos dos con sus miradas de desesperación, pero la de Blitzø tenía algo más, ¿era aceptación ? Por favor no, por favor que no haya aceptado que ya se iba a casar y que lo suyo iba a estar prohibido en todos los sentidos.

El corazón de Stolas latía con fuerza mientras avanzaba lentamente hacia el altar. A cada paso, sus ojos no podían apartarse de Blitzø, quien lo miraba con una mezcla de resignación y algo que parecía ser dolor oculto. Aunque intentaba mantener la compostura, Stolas sintió que su corazón se destrozaba. Se le vino a la mente todos los momentos felices que vivieron juntos y sentí como todo su ser se aferraba a ellos...

La iglesia resonaba con el murmullo de los invitados y el eco lejano de la música nupcial. Blitzø observaba en silencio desde el fondo, con el corazón apretado en un nudo de emociones encontradas. Había aceptado la invitación del padre de Stolas a regañadientes, luchando con sus propios sentimientos de amor y resignación. Ver a Stolas avanzar por el pasillo hacia el altar fue como un puñal en su pecho. ¿Qué se suponía que iba a ser sin él? ¿Vivir? Pero si él era su mundo, su razón de ser, su oxígeno... Y eso odiaba, odiaba que esto avanzara más de lo que él quería, porque aunque no lo aceptara, él lo amaba y sabía que si se oponía a la boda , la vida de Stolas sería un infierno, ya que él era un ser desordenado que no sabía lo que quería y lo único que sí sabía era estar con él, pero ya no se podía, no después de esa discusión y la boda. Notó cómo la mirada de Stolas buscaba a la suya entre la multitud, y Blitzø no pudo evitar sentirse vulnerable ante esa mirada llena de anhelo y dolor.

Todo se paralizó cuando sonó otra vez la música nupcial pero esta vez porque la novia ya iba entrar, y dios... era hermosa muy joven pero hermosa, Blitzø volteo rápidamente a voltear a ver la reacción de Stolas y se sorprendio al ver que el No mira a Stella, Stolas lo estaba mirando a él con lagrimas en los ojos, odiaba verlo así.

¿Cómo podía seguir adelante con esto? Stolas solo volteo a ver a Blitzø, no saben cuanto quería tomarlo en sus brazos y escapar de ese lugar. Los minutos parecían eternos mientras Stella avanzaba por el pasillo, ella lucía radiante pero nerviosa a la vez.

Cuando finalmente Stella llegó al altar, Stolas solo respiró profundamente, cerró los ojos casi toda la ceremonia hasta que ya era hora de los anillos y, con un último vistazo a Blitzø, extendió la mano hacia Stella, para finalmente decir:

-"Yo Stolas Ars Goetia, acepto en matrimonio a Stella para amarla y respetarla"- le puso el anillo a Stella-.

-"Yo Stella, acepto en matrimonio a Stolas Ars Goetia para amarlo y respetarlo"- puso el anillo en el dedo de Stolas para finalmente sellar esta unión con un beso.

El beso era suave pero cargado de emociones. Stolas sintió un nudo en la garganta mientras sus labios se encontraban con los de Stella. Era un acto que el no desaba, sellar algo que no sentía y no le alegraba.

Blitzø observaba desde la distancia, con el corazón hecho pedazos pero no podía hacer nada más. Solo amarlo en silencio

Cuando finalmente se anunció que eran marido y mujer, Stolas miró a Blitzø una última vez. Sus ojos se encontraron en un instante de complicidad y pesar. Era como un adiós que ninguno de los dos quería decir en voz alta. Blitzø se sintió impotente mientras veía a Stolas alejarse con Stella, rodeado de aplausos y felicitaciones.

Después de la ceremonia, Blitzø se retiró, sin querer presenciar la celebración que seguiría. Se sentía perdido en un mar de emociones indescriptibles, preguntándose si alguna vez encontraría la paz después de perder al único que amaba de verdad.

Mientras tanto, Stolas intentaba sonreír y mostrarse feliz. Estaba agradecida por los buenos deseos de los invitados, pero su mente estaba en otra parte, cada sonrisa forzada era un recordatorio de la decisión que había tomado y de la que tal vez se arrepentiría por el resto de su vida.

¿Como llegaron hasta este punto? donde antes hubo amistad, desprecio y amor; Ahora solo quedaban los corazones rotos. 

¿Nuestro destino será malo? (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora