¿Qué pensarías si durante la celebración de tu primer aniversario de bodas despiertas desnudo en la cama con alguien que no es tu esposo?
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Jungkook sigue a su esposo Taehyung a una nueva experiencia en un desconocido club.
Sabe lo que van...
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¿Qué…?
A su mente le tomó unos segundos procesar lo que estaba pasando. Al igual que con el abrazo que le habían dado unos segundos atrás.
Cuando Jungkook se lanzó hacia adelante, solo creyó que recibiría otro de esos abrazos, la verdad no había sido incómodo por lo que no le iba a molestar tener otro.
Pero lo estaba besando.
La molestia escaló por su cuerpo con rapidez. Empujó a Jungkook para apartarlo y él mismo retrocedió al menos dos pasos.
— ¡¿Qué estás haciendo?!
Mierda.
Ver a Jungkook luciendo tan perdido y confundido solo lo enojó más. Su respiración estaba acelerada, sus uñas ya estaban lastimando sus palmas por lo apretados que tenía los puños y su labio ardía porque los dientes de Jungkook lo habían raspado.
— Lo-Lo siento, yo-
— No lo vuelvas a hacer. — No quería escuchar explicaciones, no necesitaba excusas, de esas ya había escuchado suficientes en su infancia, primero de su padre a su madre y a él y después las mismas de su madre a su padre y a él, hasta que a ambos dejó de importarles y solo demostraron quienes eran de verdad. Y él no iba a ser infiel como ellos. — No estamos en el club Jungkook, no está mi esposo y no está el tuyo para que haya un acuerdo. Si quieres serle infiel a tu marido, ve a buscar alguien más con quien hacerlo.
Los ojos grandes de Jungkook lo miraron, un brillo de dolor pasó por su mirada color chocolate y en un segundo la humedad los llenó y gruesas lágrimas se comenzaron a deslizarse por las mejillas de piel blanca.
— ¡Eres un idiota!
Pues prefería serlo a ser como sus padres.
— Pero no soy infiel.
Esas cuatro palabras hicieron que Jungkook diera media vuelta y saliera de la biblioteca con lágrimas deslizándose por las mejillas sonrojadas y mirada herida.
Maldita sea.
Su puño fue a parar contra la pared. El dolor que comenzó desde sus nudillos escaló rápidamente a su muñeca y después a su brazo. Y fue bienvenido, porque por un momento en su mente cruzó el fugaz pensamiento de ir detrás de Jungkook y decirle que no manejara en ese estado, pero no le podía importar eso, no necesitaba alguna consideración alguien que era capaz de engañar al marido al que supuestamente amaba. No podía seguir pensando que Jungkook era alguien inocente, porque no lo era.
Que idiota soy, estuve preocupado por cómo sería la mejor manera de hacerle un regalo por sustituir a Jimin y me sentí mal por no encontrar algo mejor que mis libros y unas palabras escritas a mano en ellos. Jungkook no merecía mi preocupación.
Había tratado de quedar como amigos, que Jungkook fuera alguien como Jimin que podía ir a su casa en cualquier momento y quedarse en la biblioteca o conversando en la sala de estar. Aunque claro que en ese momento sabía que tendrían que olvidar el volver a estar con él menor en el club, porque disfrutaba del cuerpo de Jungkook, pero en realidad le gustaba un poco más la personalidad del menor y consideró más de una vez que sería una buena persona para tener alrededor.
