—Yeonjun estaba enojado con Beomgyu, la razón era qué su pequeño pelirrojo había roto la pantalla de su computadora y si no bastará con eso también estaba indiferente con él.
—Yeonjun— Llamó con sus manitos atrás.
—Gyu no quiero hablar contigo ahora— Suspiró.
—Lo mejor es qué me dejes solo porqué no quiero decir algo de lo que me arrepienta— Señaló sentándose en la cama.
—Quiero saber si estás muy enojado conmigo— Cerró sus ojos al oír el grito.
—Beomgyu!, lo qué me molesta es que estés indiferente conmigo cómo si no supieras que ese aparato no es más importante para mí qué tú, maldita sea— Habló fuertemente para luego ver de reojo a su novio.
—Lo sé— Sus lágrimas empezaron a salir alarmando al más alto de ambos.
—Ay, ven acá— Pidió y el bajo acató.
—Lo lamento mucho— Dijo con dificultad.
—Lindo, me duele qué no tengas claro mi amor por tí— Lo atrajo a su pecho para acariciar sus hebras.
—Es qué tenía miedo— Se aferró a él.
—No soy un monstruo, jamás te haría nada— Aplanó sus labios.
—Lo sé— Suspiró —Debo irme ahora si quiero dormir— Bajó su mirada.
—Yeonjun abrió sus ojos pues sí, estaba molesto pero jamás correría de su casa a su lindo chico.
—¿De qué hablas? — Preguntó.
—Mis vecinos también están enojados conmigo, todo el tiempo ponen música a mucho volumen. Cómo tú estás enojado supongo qué no puedo quedarme aquí— Trató de levantarse de las piernas contrarias.
—Qué es lo qué dices, nunca dije que quería que te fueras— Le detuvo.
—Pero dijiste que te dejará solo— Se excusó.
—Sí, por un rato en la habitación— Aclaró.
—Entonces— Beomgyu alzó su mirada.
—Duerme conmigo— Besó su frente.
—Está bien— Sorbió su nariz.
—Mañana tendrás que acompañarme a comprar otra computadora— Advirtió.
—Lamento eso— Sonrió nervioso.
—Ya no importa— Suspiró abrazando más al bajo.
—Yeonjun sabía qué el enojarse con Gyu era salir perdiendo y por eso necesitaba calmarse algunas veces más tiempo qué otras.
