Un día, en un campamento de verano, Harry, un peculiar niño de doce años fascinado por los insectos, conoció a Louis, de catorce años, el único niño que alguna vez lo defendió o se interesó por sus pequeños amigos. A partir de ese día, los dos se vo...
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Si no fuera por el hecho de que lo habían hecho tantas veces antes, ver a Louis gatear por el descuidado patio trasero de Harry parecería nada menos que delinctivo. Pero lo habían hecho, así que en lugar de burlarse de su compañero Alfa más cercano, observó en silencio, congelado.
Louis no estaba simplemente buscando un insecto cualquiera; tenía uno en la mira. Su mandíbula afilada y estructurada, que se había definido desde la presentación, estaba apretada y enfocada. Los amplios planos de sus hombros empujaban hacia arriba, los brazos listos, los músculos tensos. En lugar de sacudirse para atrapar un insecto rápidamente, envolvió lentamente a la mantis religiosa, ahuecándola suavemente con sus manos y llevándola a su hombro en un movimiento suave y controlado. La criatura se quedó quieta, libre y capaz de moverse como quisiera, pero confiando en el Alfa.
¿Quién no confiaría cuando tienes la opción de sentarte sobre Louis Tomlinson, el Alfa certificado y el mejor amigo de Bug Boy?
Harry necesitaba registrar eso.
Chasqueó los dedos para que no sonara demasiado fuerte y expresó su enhorabuena. "Buen hallazgo, Lou. Te has vuelto muy bueno en eso".
Louis sonrió con su amplia y arrogante sonrisa, los dientes y ojos brillando con el elogio. "Tengo el mejor maestro que pude pedir", respondió simplemente.
"¿Qué nombre estás pensando ponerle a este?"
"Eh, hm. Es bastante grande, así que probablemente sea una hembra, ¿verdad?"
Harry asintió, complacido de que su amigo lo recordara. "Y sus ojos y antenas son proporcionalmente más pequeños que si fuera un macho".
Con la boca arrugada y torcida en concentración, Louis inclinó la cabeza y se tomó un largo momento para pensarlo. Ponerle nombre a sus insectos se había convertido en un motivo de orgullo, como si estuviera coleccionando Pokemones pero quisiera tener un vínculo emocional con cada uno. Afirmó que era como tener mini-Omegas: el vínculo y la confianza que vio desarrollar a Harry con sus amigos insectos. Louis quería esa experiencia, afirmando que era un signo de fuertes lobos Alfa internos.
Aunque Harry pensó que era una tontería, mantuvo la boca cerrada. Si eso significaba que Louis tenía menos tiempo libre para buscar pareja, entonces lo único que el chico quería hacer era mantenerlo distraído.
"Margot", proclamó Louis, luciendo aliviado de encontrar uno que encajara bien.
"Bonito nombre para una mantis tan bonita" reflexionó Harry. "¿De dónde ha salido? ¿Conoces a una Margot?"
Hubo un cambio repentino en el comportamiento de Louis; sutil, pero presente, mientras su atención parecía desviarse más allá de la mantis y sus hombros se tensaron. Margot se movió antes de acomodarse y comenzar a limpiar sus antenas. "Ehm. Sí".
Entrecerrando los ojos, Harry insistió. "...Y conoces a su nombre... ¿cómo?"
"Ah, ella es... eh." Louis jugueteó con el dobladillo de su camiseta sin pensar. "Sólo una chica de mi clase de literatura."
