Mila Jensen debe vivir con un pasado que controla su futuro.
Woods Werner sólo quiere escapar de su realidad intentando mantener una vida normal.
Pero la vida no es fácil y estos dos lo saben, especialmente cuando el destino está empecinado en mante...
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WOODS (Dos semanas atrás)
Mila se encuentra en su sala mirando su rostro frente al espejo. La mancha morada en su mejilla pronto desaparece bajo el maquillaje que se aplica con cuidado hasta que no queda rastro alguno de su existencia. Imagino que ha mantenido oculta la aventura de esa noche. La puerta se abre de golpe y Lea entra con una actitud de fastidio y enojo puro mirando directamente a mis ojos.
"¿Cuándo ibas a decírmelo?" Su semblante serio me llama la atención.
"¿De qué hablas?" Cierro la cortina y pongo mi atención en ella.
Arroja su bolso sobre el sofá. "¿Cuándo ibas a decirme que se escapó?" Mi falta de reacción parece causarle aún más molestia.
"Lea."
"¡Merezco saber esas cosas!" Me interrumpe levantando la voz. "No puedes dejarme fuera," apunta exaltada.
"Cálmate." Levanto las manos y las coloco sobre sus hombros. Su cuerpo tenso empieza a relajarse de a poco pero la expresión de enfado es cambiada por una de angustia. Hubiera preferido que nunca lo supiera. "¿Cómo te enteraste?"
"Lo leí en un portal de noticias," suspira y baja la cabeza antes de volver a hablar. "¿Realmente pretendió estar muerto para escapar?"
Aprieto la mandíbula. El cobarde armó una escena de él colgando del techo, fingiendo haberse suicidado. Según dicen, mientras estaban cerciorándose de su deceso el maldito hirió a varios oficiales con un arma que le arrebató a uno de ellos y no pudieron detenerlo. Ahora está prófugo y nadie tiene un rastro para seguir.
"Eso parece."
Los ojos de Lea se cierran con pesar. "Woods, esto nos afecta a ambos, a mamá." Me da una mirada de preocupación. "¿Ella lo sabe?"
Niego.
"David no quiso que te lo contara," explica. "Ha venido un par de veces cuando no estabas."
"¿Por qué no quiere que lo sepa?"
Me siento en el sofá y paso una mano por mi cabello. "No quiere preocuparte por nada, esperan poder atraparlo. Ni siquiera sabe dónde estamos."
"¿Cómo estás tan seguro?" Inquiere tomando asiento junto a mí. "Nos encontró una vez y mira lo que pasó," su tono vuelve a ser un poco desesperado.
"Escúchame." La obligo a mirarme. "No va a acercarse a ti, te lo prometo."
"No hablo de mí," responde. "Woods, casi mueres por su culpa." Su voz flaquea. "Si algo así pasa de nuevo no creo poder soportarlo, no por mi culpa."
Tomo su rostro y limpio una lágrima que cae. "Nada de esto es tu culpa," susurro.
No es justo que cargue con todo esto como si ella misma lo hubiera causado. En efecto, ella es la principal víctima en el asunto y voy a hacer todo lo que pueda para protegerla.
"¿Qué va a pasar ahora?" Pregunta luego de tomar una respiración profunda.
Lo pienso por un momento. "Seremos cuidadosos, conoces el protocolo," digo antes de repasarlo. "Llevarás tu teléfono de emergencia siempre, evitaremos salir cuando no sea necesario y..."
"Olvidar nuestras conexiones sociales." Me da una sonrisa cabizbaja. "¿Volver a la jaula?"
Desearía poder decirle que todo será como antes. "Lo siento Lea."
"¿Alguna vez seremos libres?"
Le doy un último vistazo antes de dirigir mis ojos hacia una foto que se encuentra sobre el mueble del televisor. Es una de los tres, Lea, mamá y yo en un día de campo un mes antes de volver aquí. Es la foto más reciente, es una de mis favoritas. "Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que así sea."
