IV

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Seis de diez.

Extendí mi brazo tratando de estirarme debajo de la sábana, pero al sacarlo, el frío recorrió mi cuerpo de inmediato, haciéndome estremecer. Me di vuelta rápidamente y comencé a desperezarme todavía en la cama, sintiendo cada músculo rígido y dolorido. Llevé mis manos a los ojos para frotarlos y tratar de despejarme mejor.

Me levanté de la cama lentamente, sintiendo un dolor de cabeza impresionante, acompañado de náuseas y dolor en todo el maldito cuerpo. Me senté en la cama y pasé mis manos por mi cabello despeinado, intentando calmar el caos que sentía tanto por dentro como por fuera. Luego las llevé a mis párpados, tratando de despertarme.

Al abrir los ojos por completo, lo primero que vi fue mi vestido tirado en el piso, junto con mis zapatos. Me miré a mí misma y me di cuenta de que llevaba puesta solo una camiseta y la ropa interior. Un suspiro cansado se escapó de mis labios.

Me levanté con el peor de los humores, como era de costumbre, pero esta vez era peor. No solo me sentía jodidamente mal, sino que recordaba a la perfección todo lo que había pasado anoche. Cada detalle, cada mirada, cada palabra.

Salí del cuarto tal como estaba, sin importarme mucho lo que llevaba puesto en ese momento. Solo quería tomar un café y volver a dormir hasta, no lo sé, morirme.

Mis pies descalzos resonaron suavemente contra el suelo frío mientras caminaba por el pasillo.

Mis ojos cansados se encontraron con la mirada nerviosa y sorprendida de Pansy. Su cabello desordenado y su vestido mal acomodado eran señales claras de que había tenido una buena noche. Pero mis ojos se abrieron de par en par al ver el cuarto de donde estaba saliendo. Era de… ¿Blaise? ¿Qué mierda…? ¿Qué todos en esta casa se tienen ganas entre sí o qué?

Mi cara de sorpresa y confusión hizo que ella se acercara a mí de forma amenazante, apuntándome con el dedo de la mano en la que llevaba los tacones.

—Tú no viste nada, ¿vale? —Dijo, su voz una mezcla de advertencia y súplica.

—Pero…

—Shhh, ¡no viste nada y nada pasó!

Antes de decir algo más, se alejó de mí y la escuché dirigirse a su habitación, cerrando la puerta con fuerza. Me quedé mirando un punto fijo en el piso por un momento, intentando procesar la información, hasta que reaccioné y me dirigí a la escalera.

Cada vez que mi pie tocaba un escalón para bajar, el dolor en mi cabeza aumentaba. Al bajar el último, mi mirada se dirigió al sofá del living. Val y Nott estaban durmiendo juntos. Solté una sonrisa al verlos, se veían muy tiernos. Él tenía su brazo alrededor de ella, como si estuviera abrazando un peluche.

Tal vez Nott sea un completo idiota, pero al menos estaba ahí. Val iba a despertar e iba a ver su rostro. Algo que yo no tenía.

Ja, ¿De qué te quejas, Lu? Tú misma elegiste esto, tú misma te jodiste con él…

Lo sé, pero aún duele.

Ajam, y las piernas también. Joder… qué buena noche eh.

Sacudí mi cabeza, intentando sacar todo tipo de pensamientos estúpidos.

Saqué una manta y los tapé cuidadosamente a ambos. Luego de eso, fui a la cocina para, por fin, hacerme un café. Mi sorpresa fue grande al cruzar por esa puerta y ya sentir ese olor tan característico. Una taza ya estaba lista en la mesa de la cocina. Me pareció raro que alguien se haya levantado tan temprano para prepararla. Hasta donde yo sabía, era la única que estaba despierta a estas horas… bueno, yo y Pansy, pero no la había visto bajar. Supuse que tal vez Blaise se había levantado, ya que casi siempre es el primero en despertarse.

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⏰ Última actualización: Jul 10 ⏰

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CORAZONES MALDITOS|| Mattheo Riddle. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora