Incomodidad

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Los dos chicos esperan pacientemente la respuesta de Penélope. Pero la joven estaba tan sumergida en sus pensamientos que pasaron horas hasta que uno de los dos decide interrumpir su dilema interno.

- Ahora que lo recuerdo podemos ir a Grimmauld Place.

- Estás demente? Debe estar habitada por los Black en esta época!- Harry exclama con desesperación.

- Ahg! Olvidaba lo idiota que eras, para tu información Grimmauld Place no es habitado hasta el nacimiento de Orión- Riddle se contiene de lanzarle una innombrable a Potter- Entonces podemos refugiarnos allí por ahora y encontrar una manera de volver.

- ... Espera! Orión no es el padre de Sirius?

- Aaaaa! Porque Merlín, qué hice para merecer esto?!- Riddle se lamenta por su mala suerte llevando sus manos a la cara tratando de quitarse la frustración.

- Disculpen, perdonen si soy entrometida caballeros pero podría acompañarlos a Grimmauld Place?- Penélope sabe que puede ser peligroso irse con estos extraños pero en está situación es favorable para ella después de todo no tiene donde ir.

- Señorita disculpe si soy descortés pero n-.

- CLARO QUE SÍ!- Harry exageradamente se emociona.

- Pero en qué estás pensando? Es una muggle!

- Silenció! Recuerda que después de la muerte de Sirius... soy su heredero.- por breves momentos un silencio incómodo dominó el ambiente- Si yo deseo o permito que la señorita Featheringthon nos acompañe y se quedé no es de tu incumbencia.

- Bien.. pero si algo sale mal es TÚ culpa y sabes que....- Penélope solo observaba la interacción, no podía etiquetar la relación de esos dos chicos era amigable llegando a los golpes o odio con un respeto por el otro. Pensándolo bien no sabe si es correcta su decisión pero ya no tiene de otra.

- Nos iremos ahora- Riddle se levanta de su sitio- Vamos! Avancen antes de que me arrepienta.

- Eh?! Si.- la joven solo miró por última vez el lugar donde se refugio por unas horas para luego seguir su camino deseando que nada malo suceda.


























Los gritos desgarradores de la gente son tan fuertes que no los puede evitar aunque se tapé los oídos, frío siente mucho frío. Por más que trate de abrir los ojos no puede todo está en completa oscuridad.






Cuenta cada segundo.... Hasta que los gritos paran.







Su nariz es saturada por el olor a azufre, cuando de repente sus pies son jalados por unas manos.








Por más que patalee y traté de soltarse del agarre no puede la están llevando a un lugar, grita pero ningún sonido sale de su boca, sus manos... Se aferran a la tierra con todas sus fuerzas lastimando sus uñas.






Ahora el olor a azufre se mezcla con el olor a tierra y sangre.

Deseas venganza mi querida Penélope Donde viven las historias. Descúbrelo ahora