Capítulo I |El anuncio real|

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ERO ROYAL POST

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¡La princesa Charlotte cumple 18 años!

La princesa Charlotte, primera sucesora al trono del majestuoso Imperio de Myrindor, ha alcanzado la tan esperada mayoría de edad. Hoy, en los opulentos salones del palacio imperial, se llevará a cabo la celebración más esperada del año.

El evento contará con la distinguida presencia de nobles de todo el reino, así como de prominentes dignatarios extranjeros y alguien muy esperado, su madre; la emperatriz.

Hoy es un día memorable para nuestro gran imperio, se hará anuncio del futuro heredero, todos especulan sobre quien será elegida, nuestra querida princesa Charlotte hija de la emperatriz o la glamurosa Esther, hija de la reina.

La educación de las princesas ha sido meticulosamente supervisada por el Emperador; quien ha garantizado que se encuentren preparadas para asumir sus próximas responsabilidades con sabiduría y gracia.

Esta festividad no solo conmemora un hito en la vida de las princesas, sino que también marca el inicio de una nueva era para Myrindor. Las expectativas son altas y las apuestas aún mayores.

¿Quién sera la futura emperatriz?

Los rumores y las especulaciones llenan los salones, mientras los ojos están puestos en su favorita, hoy se sabrá quién será nuestro Sol.

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El gran salón se llenó de murmullos cuando las puertas se abrieron, dejando ver al Emperador Hael, quien lideraba a la familia real, siguiendo las normativas. Detrás de él se encontraban sus hijas, las únicas dos joyas de este imperio, siendo seguidas por sus madres. La presencia que más llamaba la atención era la de la emperatriz Eleonora, a quien desde hacía 18 años no se le había visto asistiendo a ninguna reunión social.

Aquella fiesta era con lo que todo príncipe o princesa soñaba, la coronación. Desde su nacimiento, cualquier hijo reconocido del Emperador era colocado en la línea de sucesión al trono, pero solo la coronación, que llegaba cuando el primero de ellos cumplía la mayoría de edad, confirmaba quién era apto para ser el próximo heredero, a quien desde ese momento el pueblo podría ver como su futuro soberano.

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