benjicot blackwood

LADY STRONG

Benjicot Blackwood x fem reader velaryon/strong

Resumen: Atrapada en Riverland durante una gira matrimonial, finges ser Lady Strong cuando Benjicot Blackwood no te reconoce como la Princesa de los Siete Reinos.

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Como si la perspectiva de una gira nupcial no fuera lo suficientemente horrible, su primera parada estaba resultando ser absolutamente espantosa.

Habías imaginado que las tierras que rodean el Tridente eran hermosas. Un paisaje exuberante y verde, lleno de hierbas aromáticas y flores brillantes y florecientes, que pintan las Tierras de los Ríos en tonos ricos y coloridos. Te imaginaste arroyos murmurantes y hierba exuberante, castillos deslumbrantes y, tal vez, algunos hombres igualmente deslumbrantes.

Sin embargo, lo que no habías imaginado era el clima.

Incluso desde dentro de los confines de Aguasdulces, el castillo ancestral de la Casa Tully, todavía se sienten los efectos del calor despiadado que golpea las paredes de arenisca.

Tus sirvientas habían tratado de vestirte en consecuencia, metiéndote en tu bata más delgada (y, en consecuencia, menos majestuosa), con la esperanza de que así pudiera prevenir una insolación. Aún así, incluso cuando tres de los sirvientes de Lord Tully intentan abanicarte mientras estás de mal humor en el comedor, sientes como si cada centímetro de tu cuerpo estuviera empapado de sudor pegajoso.

"Esto es miserable" le gruñes a Ser Lorent, el Guardia Real que había sido asignado a tu gira. Flanqueando a tu derecha, le lanzas al caballero una mirada lastimera y de soslayo. "¡Creo que preferiría morir solterona que verme obligada a vivir en este purgatorio sofocante!"

Los sirvientes, colocados al azar alrededor de la mesa, permanecen completamente impasibles y no dicen si encontraron su comentario sobre sus países de origen gracioso u ofensivo.

Ser Lorent simplemente se ríe. "Las Tierras de los Ríos son conocidas por sus veranos húmedos, princesa". Con un guiño, añade: "Si alguna vez te preocuparas por tus estudios, lo sabrías".

"¡Yo estudio!"

"Con la espada, tal vez", reflexiona Ser Lorent, con sus ojos verde azulado brillando con una alegre burla. "Pero ciertamente no con los libros, princesa.

Poniendo los ojos en blanco, te desplomas aún más en tu silla, tu cuerpo prácticamente se derrite en la tapicería. "Déjale las lecciones de geografía a Jace", le dices, agitando una mano ociosa. "Después de todo, él es el heredero del Trono de Hierro Sólo soy la preciada yegua de cría" dijiste centrandote en su plato y en el almuerzo a medio comer que hay encima, intenta tragar el sabor amargo que ahora llena su boca "un útero real que se venderá al mejor postor".

Y, a veces, ni siquiera estás seguro de si eso se considera una verdad honesta Ciertamente, nunca te has sentido real

Al igual que tus hermanos, naciste con rasgos extraordinariamente sencillos. Sin cabello plateado ni ojos color lila, pareces más un campesino de origen común que alguien de preciada estirpe valyria y tampoco ayudó que, a diferencia de tus hermanos, tampoco tuvieras dragón.

Ser Lorent observa mientras empujas distraídamente un trozo de bacalao braseado alrededor de tu plato, suspirando. "Eso no es cierto, mi princesa". Sus palabras están teñidas de simpatía. "No te están vendiendo a nadie. Tu madre desea que tengas un matrimonio nacido del amor, no del deber".

"Ah, sí", apuñalas el pescado con las puntas de tu tenedor y te lo llevas a los labios, "por eso me veo obligada a pasar mi verano reuniéndome con los altivos hijos de los gordos señores del campo por amor".