benjicot blackwood

The mermaid of tully

Benjicot Blackwood x fem tully reader

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La gente bromeaba cuando él era pequeño y le prometió a la muchacha Tully que un día se casaría con una sirena.

Benjicot Blackwood acaba de poner los ojos en blanco y decir que las chicas eran repugnantes.

Pero a él le había gustado. Jugaban juntos y a ella no le disgustaban las ranas ni los gusanos. En realidad, estaba muy interesada en esas pequeñas criaturas.

Pero, sobre todo, podía escabullirse. No importaba cuántos guardias hubiera, siempre encontraba la manera de salir del castillo y meterse en el río, donde nadaría. Desde que era niña, nadie podía sacarla del agua. Y hoy, cuando ya eran mayores y estaban casados, seguía siendo igual. No importaba el tiempo que hiciera, ella iba a nadar. Todos los días.

Benjicot, que había perdido su aversión por las chicas, amaba a su esposa más que a cualquier otra cosa. Su amistad había crecido con los años y hoy eran probablemente la pareja más armoniosa que la mayoría de la gente conocía. Lo cual sorprendió a la mayoría de la gente debido al apodo de Benji.

Benji todavía estaba en el país de los sueños cuando fue arrancado bruscamente de él. Instintivamente escupió el aire mucho más húmedo y se dio la vuelta. Escuchó una risa mientras se limpiaba la cara mojada de debajo de las sábanas.

"Tu pequeña descarada", gruñó divertido.

Su esposa le dirigió una mirada burlona.

El cabello mojado que había escurrido sobre él todavía estaba en su mano. Él sacudió la cabeza con una sonrisa.

"Está nevando (t/n)", se dio cuenta.

"¿Y?", preguntó ella.

Cerró los ojos. "La mayoría de la gente se moriría si se metiera a nadar en el río con un tiempo como éste".

Ella se quitó la ropa mojada y lo miró con una sonrisa. "Pero yo soy la sirena de Tully".

Sonrió. "Y realmente estoy empezando a creerlo. ¿Cómo es posible que nunca te enfermes haciendo eso?"

Ella simplemente se encogió de hombros, se envolvió nuevamente en su ropa de cama y se recogió el cabello bruscamente.

La miró relajado y abrió los brazos, expectante, para recibirla. Ella se deslizó bajo las sábanas y se deslizó hacia él.

"¡Por la santa madre! ¡Mujer!" gimió inmediatamente, apartando sus muslos de sus pies helados.

Ella se rió y se acurrucó un poco. Benjicot agarró inmediatamente el par de medias de punto que estaban debajo de su almohada para momentos como ese y las apretó con fuerza en sus manos.

"No eres normal", afirmó simplemente.

"Me amas", respondió ella simplemente.

Él sonrió. "Te amo", asintió.

Dueñ@ de la historia ( drmaddict )