Lo siento, no puedo soportar que me toques.
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Han pasado siete días y Hinata aún no había despertado. Hashirama había mordido todas sus uñas esperando nuevos avances en la recuperación de la dama de su esposa; Mito le había dicho que era normal que Hinata aun no despertara, ya que su cuerpo aún no se recuperaba por completo de un golpe que hubiera sido mortal de no haber sido atendido de inmediato. Tobirama tampoco había abandonado la cabaña médica siendo junto a Mito los médicos a cargo de Hinata, a veces Hashirama tenía que obligar a su hermano a salir del lugar para tomar un descanso, pero la culpa que sentía Tobirama no le permitía pasar más que pocas horas de sueño fuera del lugar.
El ninken de Hinata tampoco había dejado el lugar junto a su camilla, al igual que su dueña, Akamaru también había perdido peso aun si incluso Mito se encargaba personalmente de alimentar al animal que no hacía más que sollozar en las noches junto a su dueña.
Hashirama había convocado a una reunión a los lideres de los clanes informándoles la situación en la que se encontraba la posible alianza con el clan Uchiha. El líder del clan Hatake había ofrecido a sus curanderos, al igual que el clan Yamanaka había ofrecido a sus boticarios para ayudar con medicina. Todos habían puesto la paz en las manos de Hinata esperando que su recuperación terminara en una alianza.
Pero la verdad era que a cada día que pasaba Hashirama temía que fuera el día en que Madara se retractara de sus palabras y de su ofrenda de paz. Claro que estaba preocupado por la salud de Hinata, pero era un líder, y como líder su prioridad era su gente y familia. Incluso había orado en el templo más cercano (aunque no fuera muy devoto) prometiendo a los dioses que, si la mujer despertaba, él mismo se encargaría de hacerlo lo que fuera necesario para ayudarla en su plan de abolir el sello de su clan.
Solo quedaba esperar.
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El cuerpo de Hinata había empezado a aceptar líquidos en su cuerpo lo cual era buena señal de recuperación. Su rostro bronceado ahora se encontraba pálido, y su cuerpo curvilíneo había perdido demasiado peso. La imagen había sido una tortura para Tobirama; sin embargo, eso no lo había alejado de su lado desde que fue internada en la central médica.
Hinata era su primera amiga. No. Era algo más importante que una simple amiga; se había vuelto una constante en su vida tal como lo era su hermano. Había sido una tonta al perseguirlo e interponerse ante Izuna Uchiha recibiendo un golpe que habría acabado con su vida. Pero Tobirama debió preverlo, Hinata era una kunoichi y no se dejaría pisotear sin antes dar un poco de lucha (Tobirama lo sabía, después de todo se había ganado muchos moretones en su cuerpo cortesía de los entrenamientos que compartieron en Uzu)
Un murmullo a su lado hace que Tobirama gire rápidamente en su dirección observando como Hinata recobraba poco a poco la conciencia. Sus manos de inmediato se pintan de chakra curativo ignorando como Akamaru a su lado empieza a mover su cola de un lado a otro ladrando fuertemente. Sus manos se posan de inmediato en su vientre bajo donde una sutura aun se encontraba en proceso de cicatrización, un mal movimiento por parte de Hinata y esta podría abrirse.
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Asincronía
Fanfiction── Una simple acción del pasado puede desencadenar un conjunto de escenarios capaces de alterar la línea del tiempo. Pero eso es lo que busca Hinata Hyuga. 𝐇𝐢𝐧𝐚𝐭𝐚 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐲 𝐓𝐨𝐛𝐢𝐫𝐚𝐦𝐚 𝐞𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐞𝐬𝐜é𝐩𝐭𝐢...