Me gustas

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— Gracias, Kuroo por enseñarme a jugar voleibol.

Había sido una frase muy simple pero muy significativa para el gato negro, los ojos se le llenaron pronto de lagrimas y sonrió. Kenma había empezado a caminar y no pudo más que gritar.

— ¡Espera, idiota!

Kenma lo vio confundido.

— ¿Por qué te enojas?

Y después todo el equipo no pudo más que reír por aquellos dos idiotas que se notaba estaban reprimiendo sus emociones.

Habían perdido pero sabían que fue un partido épico y estaban orgullosos de aquello. De regreso Kuroo solo pudo vigilar a su mejor amigo, sabía que se había esforzado de más y más tarde tendría fiebre.

Era una ventaja vivir cerca del otro, pues así el mayor pudo ayudarle a Kenma a subir a su cuarto. Le puso fomentos de agua en la frente y le dio una pastilla para aliviar su malestar.

Podía parecer que era un momento como cualquier otro, había cuidado de aquel chico demasiadas veces pero esta vez fue diferente. Kuroo Tetsuro se había dado cuenta que no disponía de tiempo para dudar, con el final del partido también había finalizado su capitanía y debía concentrarse en sus estudios para realizar el examen de la universidad.

No disponía de tiempo. Y eso significaba también... Que pronto terminaría su tiempo al lado de Kenma. Ni siquiera sabía si seguirían viviendo cerca o él debería mudarse en algún punto... Pero si sabía que quería a aquel chico a su lado.

No era un secreto que a Kuroo siempre le había gustado su mejor amigo, pero tampoco se lo había dicho. Jamás se le había declarado por miedo, pensaba que si lo decía perdería su amistad o que ya no iba a ser lo mismo. Sin embargo, en ese momento mientras seguía poniendo fomentos para que Kenma pudiera quedarse dormido cambió de parecer y supo que debía decirlo pronto o todo terminaría.

— Estás raro – dijo el menor controlando los escalofríos que querían hacerlo temblar.

Kuroo sonrió.

— No estás en condiciones de pensar en eso. Mejor duerme.

Ya no le dijo nada más y como si hubiera sido una orden Kenma se quedó dormido poco después. Kuroo le dio un beso en la mejilla para después sentarse en el piso, jugaría un rato hasta que despertara.

Cambiaba sus fomentos de vez en cuando y sonrió al notar que el menor ya no temblaba, puso una mano en su mejilla para comprobar que no tuviera mas fiebre. Se sonrojó un poco al ver una sonrisa en su amigo, seguía dormido pero tal vez había sentido su mano. La quitó por instinto y por pena.

Tardó un par de horas hasta que Kenma despertó, se dio cuenta porque sintió su mano jugar con su cabello y rio.

— Tú también estás raro – lo acusó sonriendo — Nunca habías tocado mi cabello en todos estos años.

Kenma se quedó pensando un momento y asintió.

— Y tu nunca habías puesto tu mano en mi mejilla así – contraatacó.

Ambos estaban un poco sonrojados.

— Supongo que entoces ambos estamos raros.

Hubo un silencio incómodo por unos minutos hasta que Kenma volvió a hablar.

— ¿Te quedas hoy?

El gato negro asintió, sabía que el padre de Kenma llegaría más tarde así que se dispuso a hacer algo de comer para ambos. Aunque no pensó que su amigo lo acompañaría mientras hacía aquella preparación, comenzó a hablarle nuevamente del partido y cómo aún pensaba en alguna forma en la que pudieron ganar pero no se le ocurría ninguna manera posible.

Hubo un poco de silencio al comer y cuando volvieron a subir a su cuarto.

— Kenma... Yo... – Kuroo dudó un poco y se sonrojó — Eh... ¿Te encuentras mejor?

—Sí, sabes que una vez que la fiebre pasa me siento mejor aunque un poco cansado. Aparte, creo que aquel beso me ayudó – contestó Kenma alentandolo a hablar de aquello.

Kuroo escondió su rostro entre sus manos.

— Pensé que ya estabas dormido – admitió.

— Lo estaba, pero no significa que no sienta nada o no me de cuenta de cosas mientras duermo.

Aún más silencio. Hubo un suspiro de parte del mayor y cerró los ojos.

— Kenma... Me gustas. – soltó finalmente.

El menor no pudo evitar reír suavemente.

— Lo sé, ser discreto no es lo tuyo, Kuroo – respondió sonriendo.

A tu lado, el cielo brillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora