La sexualidad segun Kenma

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Kuroo había notado que Kenma estaba actuando raro, intentó preguntarle varias veces que es lo que pasaba pero el menor solo respondía que no era nada.

Todo había comenzado cuando Kenma despertó un poco antes que Kuroo, el gato negro se encontraba recostado boca arriba y se podía notar una gran erección en sus pantalones.  Aquello había hecho sonrojar bastante al menor y decidió volver a hacerse el dormido.

Sintió que poco después Kuroo se paraba al baño y comprendió algo muy importante: lo más probable era que el cuerpo de aquel chico siempre hubiera reaccionado así desde que entraron a la adolescencia.

Kenma se sonrojó mucho, seguramente en ese momento Kuroo se estaba haciendo cargo del problema y... Sintió que su cuerpo se calentaba un poco, su corazón iba muy rápido...

Sabía lo que eso significaba, le había ocurrido muy pocas veces pero reconocía el sentimiento. Comenzó a sentir como algo empezaba a apretar su pants y frunció el ceño, ¿cómo era que Tetsuro había hecho reaccionar su cuerpo?

Kenma había aceptado hacía tiempo que era asexual, que tal vez nunca sentiría esa atracción que todos sí... Que tal vez cuando llegara el momento tendría que hablar con Kuroo para hacerle saber que no podría satisfacerlo de aquella forma.

Sin embargo, esa mañana se encontraba imaginando a Kuroo sin ropa, pensando en sus músculos, en que tal vez en ese momento estuviera... Detuvo sus pensamientos en seco, sería mejor intentar pensar en algo más para que aquella erección se fuera de su cuerpo sin tener que tocarse.

Kenma sabía que las personas asexuales podían tener de vez en cuando cierta atracción sexual o con determinadas personas con las que tienen un fuerte vínculo... Aún así, eso nunca le había pasado hasta ese momento y le molestaba mucho.

Sabía que tenía que hablar con Kuroo, que no solucionaba huyendo pero desde aquel día eso había hecho: huir. Pero no sabía como hablar de aquel tema con Kuroo... Nunca había hablado de algo así con él mientras eran solo amigos.

No tenía ni ganas de ir al entrenamiento con todo aquello en la cabeza. Decidió sentarse en una banca cerca de la cancha, aún tenía tiempo para decidir si entrar o no.

— ¡Kenma! – gritó la voz de Yaku, quien no tardó de llegar a su lado.

— Oh, Yaku. Hola – contestó volteando a verlo.

— ¿No se supone que ya deberías estar en el entrenamiento? – siguió Yaku.

— Aún tengo unos minutos... Y no sé si ir – admitió encogiendo los hombros.

— Wow, Kuroo no mentía. Realmente estás actuando raro – le dijo sentándose a su lado.

— Yaku... ¿Puedo preguntarte algo? – dijo Kenma con voz pensativa.

— Claro, estoy aquí para escuchar – aseguró señalándose a sí mismo.

— Primero... ¿Estás saliendo con alguien en este momento?

Yaku se sonrojó de sobremanera.

— ¡¿Eh?! ¿Por qué lo dices? ¿Te dijo algo Lev? – preguntó ansioso.

— No, Lev no dijo nada. Pero no me sorprende que estén juntos con el tiempo que pasaban en el club – admitió Kenma sonriendo.

— Pensé que ya lo habría dicho... Bueno... Dejando eso de lado, ¿por qué la pregunta?

— ¿Cómo hablas con él temas complicados? Tengo que hablar con Kuroo de algo y no tengo idea de cómo hacerlo... Por eso estoy aquí – le explicó a Yaku.

— Depende... ¿A qué tipo de tema te refieres? – tal vez esa fue la pregunta que más se arrepintió Yaku de hacer cuando Kenma le contestó sin mucho rodeo.

— A temas sexuales...

—Oh... Bu-bueno... No pensé que fueran tan rápido – comenzó a decir Yaku.

— No, no es eso... Es que... Yo siempre he sabido que soy asexual... Pero Kuroo me hace sentir atracción sexual y eso me molesta un poco y me da miedo... – Kenma suspiró y luego frunció el ceño — ¡Pero no puedo decirle eso como te lo estoy contando a ti! Kuroo y yo nunca hablamos de esos temas antes.

Yaku rió ante el cambio de emoción de Kenma.

— Supongo que es diferente porque ya no son amigos, pero creo que deberías pensar hablarle como cuando lo eran. Tal vez eso te haga sentir más comodo, pero definitivamente tienes que hablar con él porque se está volviendo loco y ya me cansé de sus quejidos.

Kenma asintió y se paró.

— Supongo que hoy no iré, buscaré a Kuroo – declaró tomando sus cosas
— Gracias, Yaku. Espero les vaya bien a ti y a Lev.

Se dirigió al salón de Kuroo para esperarlo a que saliera. La sorpresa de su novio fue evidente.

— ¿No deberías estar en el entrenamiento? – preguntó confundido.

— No iré, tengo que hablar contigo... ¿Podemos ir algún lado solos? Es... Muy personal... – dijo Kenma sonrojado.

— Vamos – contestó Kuroo sonriendo y tomando su mano.

El mayor decidió que lo mejor era ir hasta aquel lugar donde solían practicar voleibol cuando eran niños, el lugar donde todo comenzó.

— Kuroo... ¿Te atraigo sexualmente? – soltó Kenma una vez solos.

Tetsuro brincó debido a la repentina pregunta y se sonrojó.

— Sí... Desde que crecimos me has atraído así... – confesó volteando a otro lado por lo apenado que estaba.

— Lo sé, descubrí eso la otra mañana... Sin embargo, yo soy asexual... – dijo Kenma.

— Tranquilo, yo puedo adaptarme a ti – se apresuró a decir Kuroo.

El menor sonrió, tal vez estaba haciendo mucho drama por algo que Kuroo comprendía.

— El problema, Tetsuro... Es que contigo si siento atracción sexual... Quiero probar cosas... Que nunca había querido.... Y eso me da miedo – contó después Kenma, la expresión de Kuroo valió la pena haber confesado algo tan vergonzoso.

El gato negro había abierto la boca en una "O" perfecta por la sorpresa. Luego sus ojos brillaron de entusiasmo y no pudo más que abrazar al menor.

— Probaré contigo lo que tu quieras probar, iremos a tu paso – le aseguró para luego hacer que volteara a verlo — Jamás haré nada que no quieras.

Kenma maldijo en su mente... Y es que en ese momento se dio cuenta de algo más: amaba a Kuroo Tetsuro. Lo besó a modo de respuesta, parecía que tenían mucho que descubrir por delante.

Y se prometió una cosa. Jamás volvería a huir de Kuroo.

A tu lado, el cielo brillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora