Capítulo 13 - Manos temblorosas

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     Ya eran pasadas las nueve de la noche. La mayoría de las personas en el Receso de las Nubes estaban en sus habitaciones, así que en todo el lugar quedó en extremo silencio. Lan XiChen los guio hacia el pabellón de la biblioteca. Al entrar, Wei WuXian habló:

—Líder de secta Lan. ¿Seremos capaces de encontrar el origen de la melodía aquí?

—Aquí no —caminó hacia un estante de libros. Agachándose, le dio la vuelta a una de las esferas en el suelo y quitó una tabla—. Seremos capaces de hacerlo aquí.

Bajo la madera, se reveló una puerta secreta.

Lan WangJi se dirigió a Wei WuXian—. La habitación de los libros prohibidos —explicó.

Bajo la puerta había una trama de escaleras de más de cincuenta escalones. Esto, hizo que la expresión de Wei WuXian se convirtiera en un divertido poema para Lan WangJi, pues arrugó las cejas e hizo un puchero pronunciado mientras veía los escalones. Soltó un suspiro resignado y avanzó después de que Lan XiChen lo hiciera. Detrás de él, Lan WangJi lo siguió y escuchó suspirar con dramatismo.

Al terminar de descender llegaron a una enorme y seca habitación de subterráneo hecha de piedra. El sonido de sus pasos hizo eco vacío. Filas y filas de libreros se veían dentro de la habitación. Los libros descansaban escasamente en las estanterías, cubiertos de polvo, como si nadie los hubiera revisado en un largo tiempo.

Lan WangJi miró de reojo al estante más alejado de la habitación y recordó, abochornado, cómo una vez bajó a leer los libros prohibidos de cultivación dual homosexual a sus quince años, cuando estaba en un guerra mental, sexual y emocional consigo mismo y antes de que la secta Wen quemara parte del Receso de las Nubes. Esos libros se convirtieron en cenizas y ahora el estante estaba vacío.

Lan XiChen los guio hasta uno de los libreros—. Esta sección tiene todos los libros con canciones extrañas.

Había un escritorio en la habitación y sólo una linterna de papel. Lan WangJi sacó de la estantería un pincel y papel que no fue usado en años. Escribió de memoria tres copias de la partitura de la melodía. Los tres se sentaron alrededor del escritorio y comenzaron a trabajar. Cada uno era responsable de unas cuantas docenas de libros. Compararon las partituras de las melodías copiadas en los libros, una por una, hoja por hoja, esperando encontrar alguna coincidencia.

Pasaron cuatro horas, pero no encontraron ninguna partitura que tuviera la misma melodía, o semejante.

Lan WangJi y Lan XiChen se mantuvieron sentados todo ese tiempo de manera impecable, con la espalda recta y apenas moviéndose, mientras, a su lado, Wei WuXian leía las partituras casi acostado en el escritorio. Lan WangJi cerró el último libro y lo dejó sobre los otros que revisó. Se quedó mirando a Wei WuXian un momento y notó una sombra roja alrededor de sus ojos por cansancio; de hecho, sus ojos parecían luchar para mantenerse abiertos. Lo vio hacer a un lado la pila de libros para descansar y decidió ayudarlo a aliviar su carga. En silencio, tomó los libros que Wei WuXian dejó y continuó la búsqueda.

A su lado, Lan XiChen elevó la vista ante el gesto de su hermano. Lan WangJi siempre intentó hacer algunas cosas por Wei WuXian en el pasado, y ahora también lo hacía, con la diferencia de que en la actualidad se veían unidos y la persona por la que tenía esos detalles le devolvía el gesto con lo que él identificó como una mirada emocional y una sonrisa de complicidad. Se preguntó, por un momento, en si su relación pasó a algo más mientras estuvieron fuera, conviviendo. Y, es que, incluso a ojos de un extraño que no conocía los antecedentes de su relación, concluiría en que hay un vínculo muy fuerte entre los dos. No dijo nada y continuó.

Escucha los latidos de un corazón ámbar | Lan MeiLingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora