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Los siguientes días fueron bastante parecidos al primero.

Thomas al fin habló con el chico que lo seguía, del distrito 10, al cual lo pilló espiándolo mientras entrenaba con Teresa. Ya habían decidido aliarse, así que esos días los pasaron mayoritariamente juntos.

—Thomas —lo llamó la chica, susurrando—, creo que hay un niño espiándote. ¿No es el mismo que suele comer cerca de nosotros?

—Sí, es él. En parte me da pena, y rabia. ¿Cuántos años debe tener? Es solo un crío.

—No lo sé, pero hay que seguir...

Antes de que pudiera terminar, Thomas ya caminaba hacia él.

La primera reacción del niño fue asustarse ya que lo habían descubierto, aunque era obvio ya que su escondite no era tan bueno. Pero se quedó de pie, mirándolo a los ojos.

El del distrito 12 fue el primero en hablar:

—Deberías mejorar tus técnicas de camuflaje, se te da horrible. Hay un taller por ahí.

El niño no respondió, demasiado nervioso como para decir nada. Thomas suspiró y siguió hablando.

—Soy Thomas. Del 12.

—Chuck, del 10 —fue la primera vez que lo escuchó hablar. Algo bajo, y mirando al suelo.

—No te quedes aquí mirándonos. Ven a entrenar. Te hará falta.

Los ojos del niño brillaron al oír las palabras de Thomas y empezó a asentir con la cabeza, quizás con demasiada emoción.

Teresa, al ver llegar a Chuck, no estaba muy segura de si dejarlo unirse a ellos, pero no pudo evitar sentir compasión por ese niño pequeño que fue seleccionado para ir a una arena de locos a matarse con los demás niños, así que lo dejó pasar.

***

Los días de entrenamiento se terminaron y al fin llegó el momento de la evaluación con los Vigilantes. Thomas sabía que estaba preparado, pero aún así estaba demasiado nervioso. La puntuación que sacase iba a determinar su futuro en la arena.

Tuvo mucho tiempo para mentalizarse, pues era el penúltimo de la lista. Estaban todos en la sala de espera, sentados por orden, esperando a que llegase su turno para entrar en la sala donde pondrían a prueba sus habilidades.

Llamaron al primer tributo.

—Gally, del distrito 1. Adelante.

El chico se levantó sin decir nada y desapareció detrás de la puerta.

Y así fue, tributo tras tributo. No prestó demasiada atención a ninguno, igualmente, ¿de qué le iba a servir aprenderse los nombres de los chicos que luego tendría que matar?

Aunque uno sí que le interesaba.

—Newt, del distrito 3.

Era el chico con el que compartía mesa de vez en cuando. El mismo con el que se chocó el último día. También supo el nombre de su compañera, Sonya, que la llamaron después de él.

Volvió a desconectar hasta que escuchó el nombre de Chuck. Levantó la mirada y le sonrió un poco para darle ánimos.

***

Fue una espera larga, pero al final escuchó su nombre.

—Thomas, del distrito 12.

Se levantó todo lo rápido que pudo. Ya solo quedaban él y Teresa en la sala. Caminó hasta la puerta y la cruzó, observando a los Vigilantes, sentados en un lugar elevado.

The Maze Games (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora