4. Bienvenidos a Nueva York

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─ ¡Despierta, dormilón! Tenemos mucho que hacer hoy.─ exclamó Paola, mientras sacudía a su hermano.

Sergio abrió los ojos lentamente y se sentó en la cama, frotándose la cara.

─Buenos días a ti también, Pao. ¿Qué es tan urgente que ya se te hizo costumbre venir a despertarme todos los días?

─Tenemos que prepararnos para la fiesta de Fernando.─ respondió Paola con una sonrisa traviesa─. Y eso significa que tenemos que ir de compras.

─Sabes que no soy fan de ir de compras.─ suspiro Sergio─. Además, dije que no iría a la fiesta.

─Lo sé. Por eso le pedí a Fernando que invitara a Max.─ sonrió traviesamente y saco su teléfono para mostrarle algo a Sergio─. Y Fernando me dijo que ya confirmó su asistencia. Entonces, tú también asistirás. Tenemos que ir de compras, no puedes llevar cualquier cosa.

Sergio sabía que su hermana era capaz de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quiere, pero jamás se le paso por la cabeza la idea de que ella estaba detrás de la invitación de Max a Nueva York. Ya había pasado una semana desde que Max le conto sobre la invitación y Sergio no había confirmado su asistencia aún pero no podía dejar plantado a ese hombre de ojos azules que le robaba el sueño.

Sergio se levantó de la cama y dirigió al baño para comenzar a prepararse para el día.

─Está bien, vamos después del trabajo. Hoy tengo un par de juntas y hoy llega el nuevo becario.

─ ¡Perfecto! Nos vemos en tu oficina más tarde.─ Paola salió emocionada de la habitación de su hermano, no sin antes darle un beso en la mejilla.

Más tarde, en la oficina, Sergio estaba revisando algunos informes cuando Isabela entró para anunciar la llegada del nuevo becario.

─Señor Pérez, el nuevo becario está aquí. Los demás socios están en la sala de reuniones esperándolos junto con el señor Sainz.

─Gracias, Isabela. Hazlo pasar, por favor.

Un joven de unos veinticinco años entró en la oficina con una expresión ansiosa pero decidida. Tenía el cabello oscuro y vestía un traje azul marino sencillo pero bien arreglado.

─Buenos días, señor Pérez.─ dijo el menor extendiendo su mano para saludar a Sergio─. Mi nombre es Patricio O'Ward, es un honor estar aquí.

Sergio sonrió y estrecho su mano. Noto que al igual que él, Patricio, también tenía unas cuantas pecas que salpicaban su nariz.

─Bienvenido, Patricio. Llámame Sergio, por favor.

Sergio no solía conocer personalmente a sus becarios, pero Paola le insistió en que debía revisar el historial de este chico. Y tenía razón, Patricio tenia ideas muy buenas que podrían ayudar en la empresa pero en especial en el proyecto con Max.

─Estamos encantados de tenerte en el equipo. He leído un poco sobre ti y me encantaría que participes en un nuevo proyecto que tenemos en puerta.─ Sergio señalo con su mano la puerta de la oficina─. Ven, te presentare al equipo y te pondremos al tanto del proyecto.

Sergio y Patricio se dirigieron a la sala de reuniones en donde Carlos estaba preparando todo para la presentación del proyecto. Al entrar en la sala ambos tomaron asiento y la reunión comenzó, Carlos explico a detalle el proyecto piloto en Utrecht, mientras que Patricio escuchaba atentamente, tomando notas y haciendo preguntas pertinentes.

─Patricio, nos tomamos la molestia de investigar un poco más a fondo sobre ti y tu historial académico. He de decirte que me sorprende todo lo que propones y nos gustaría que formaras parte de este proyecto.─ dijo Sergio una vez que Carlos termino su presentación del proyecto.

National Anthem (Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora