Capítulo 44: Bienvenidos

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Nunca creí que pasaría. No creí que llegaría tan pronto este momento que nunca vi pasar por mi ojos. Ellos están por nacer. Estoy a punto de ser madre de tres lindas bendiciones 

Escucho el escándalo a mi alrededor mientras yo me concentro en el horrible dolor que estoy teniendo. Siento como mi piel se estira y cada parte de mi cuerpo se comprime conforme pasa el tiempo y llegan las contracciones, cada que tengo una, la doctora Laurens toma el tiempo y revisa los centímetros. En caso de que no quisiera un parto natural, podrían realizar una cesárea, pero creo que es más real tenerlos con mi propio esfuerzo y agotar hasta la última pizca de energías en mi cuerpo con tal de dar a luz a mis bebes

— ¡Ahhh, carajo!

— Tranquila, todo está bien hermosa —me intenta tranquilizar mi prometido, quien llegó corriendo al hospital cuando se avisaron del parto

— ¡Todo esto es tu culpa!

— Si, todo es mi culpa. Ahora respira. Inhala y exhala

— ¡Sé como respirar! —afirmo, apoyada al respaldo de la cama. Mis garras están clavadas en el metal y mi espalda permanece algo arqueada—. Derek, no vayas a dejarme sola

— No me moveré de aquí, lo prometo

— ¿Cómo está Jareth?

— Están revisando sus signos y haciendo una radiografía. Me dijeron que le harán más estudios luego del parto

— ¿Por qué no ahora?

— Tú hermano lo pidió así —se acercó al ver mis rodillas flaquear—. Dijo que no haría nada hasta que te viera bien y a los niños

— Es un terco... ¡Hijo de puta!

La doctora se queda en el umbral de la puerta, algo inquieta por la grosería que acabo de soltar. Sacudo mi cabeza restándole importancia y Derek le pide que pase; luego de recostarme y medir los centímetros, sale corriendo de la habitación mientras llama a los enfermeros

— Llegó el momento, Kiva —me avisa, mi cabeza queda en blanco y busco guía en los ojos de mi alfa—. Prepárense para recibir a sus hijos —con una sonrisa en el rostros deja entrar al equipo y empiezan el traslado

— ¡Derek! —llamó con algo de temor y desesperación al salir de la habitación y no sentir su mano sosteniendo la mía

— ¡No soltaré tu mano! —declara, dejándome algo más tranquila al sentir su tacto

La doctora va explicando lo que pasará  y  me da varias indicaciones, intento retener la información tal y como me la da, pero el dolor y los jalones son más fuertes que antes. Entramos a la sala y le piden a Derek que se quede afuera, escucho sus gritos ordenando que lo dejen pasar junto a mi, ya que se había dicho desde el principio que él sería quien pasaría. Después de que se pusiera un traje como el de los enfermeros, entró al lugar y enseguida beso mi frente con desesperación

— Bien, recuerda lo que te dije, cuando te pide que pujes, pujas ¿De acuerdo?

— ¡De acuerdo!

— Bien. Empecemos

Sostengo la mano de Derek con fuerza, siento que mi cuerpo pierde fuerza, pero me repito una y otra vez que no puedo desmayarme, no ahora. Escucho el pitido de las máquinas, los diferentes objetos que le pasan a la doctora y de un momento a otro, siento como algo intenta salir

<<Me voy a desgarrar>>

— ¡Es hora. Puja!

— ¡Ahhhh! —mi pulso se acelera y creo que estoy por romperle la muñeca a Derek

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