Aunque Casey les dió las instrucciones, terminó caminando hacia el lado contrario.
-¿Me perdí?-esa pregunta fue hacia sí mismo.
Un mayor se le acercó, era un chico de cabellos negros y azules, en su mano traía un libro cerrado.
-¿Quien eres?-pregunto el desconocido.
-Me llamo Noah.
-¿Noah? ¿Cuál es tu apellido?
No tenía conocimiento de eso.
-¿No tienes? Debes ser hijo de algún empleado.
Aunque la ropa de Noah se veía bastante bien cuidada.
-Chico guapo, estoy buscando el comedor.
Kosher no pudo evitar sonreír, este niño sabe decir buenas palabras.
-Te llevaré-Kosher sujetó la mano de Noah-voy a enseñarte dónde queda, no te vuelvas a perder.
El segundo principe creyó que este niño tenía un recado en el comedor, quizás para servir a su padre, el Emperador.
Pero cuando llegó, no esperó que aquel niño sonriente fuera su último hermano, el cuarto principe.
-¿Tu eres el juguete de Casey?
Noah ladeó la cabeza.
-Mi hermano mayor no me trata como un juguete.
-Vaya-no podía creerlo-¿Vas a almorzar con mi padre? ¿Casey lo sabe?
Noah asintió, el mayor frente a el se veía confundido, y la mirada incomoda viajaba entre la puerta del comedor y Noah.
-No, no puedes ir-volvió a sujetar su mano-vamonos.
-Pero... papá está esperando.
-¿Eres idiota? ¿Quieres morir? Mira, Casey te abandonó a tu suerte. No suelo actuar así pero no puedo entregar a un niño inocente al tirano de mi padre.
A Kosher jamás le agradó la idea de la nueva roca en el camino, pero si se le presenta un pequeño niño, débil, y bonito, su corazón se ablandaría.
Realmente odiaba caer en los encantos de las personas guapas.
-¿Por qué tenías que nacer tan lindo?
Noah guardaba silencio, este mayor era extraño.
Y al llegar a la habitación del mayor, el pequeño se sentó en el sillón, Kosher buscó entre los cajones unos bocadillos, entregándole a su hermano menor varios de estos.
-¿Por qué no comes? No están envenenados.
-Mi hermano dijo que un sirviente tenía que probar la comida antes de comerla.
Kosher suspiro, este cuarto hermano creía fielmente en Casey. El mayor sostuvo una de las galletas y las probó.
-¿Ves? No tiene nada malo.
Al ver que las galletas no estaban envenenadas, Noah las comió, de pronto sus ojos se nublaron, y la voz del mayor se escuchó borrosa. Mientras caía a un lado por la falta del aire, la puerta de la habitación se abría fuertemente. Kosher preocupado sostuvo el cuerpo desmayado del pequeño. No entendía, las galletas no estaban envenenadas.
-¡Noah!-el grito de su padre a sus espaldas lo puso tenso.
Ahora mismo, se ve como el culpable de un posible homicidio.
-Padre, puedo explicarlo, las galletas...
-¡Silencio!-el grito enojado lo hizo callar de inmediato, de pronto llamo un nombre conocido-Casey.
El rubio no tembló en poner una inyección en la pierna de su hermano.
-Mi hermano tiene prohibido comer dulces. El segundo principe no lo sabía, por lo que este asunto puede considerarse un accidente.
El Emperador observó a Kosher, a veces sus hijos actuaban estúpidamente.
-¿Quien te otorgó el permiso de llevar al cuarto principe a tu habitación?
-Lo siento, solo quería estar con mi hermano-la voz de Kosher se apagaba a medida que era interrogado.
Richard se rió.
-¿Te divertiste? ¿Fue divertido intentar matar a tu hermano?
Kosher se arrodilló, su rostro no se veía, pero por la voz, se notaba lo triste y lastimero que lucía.
El cuerpo del adolescente temblaba.
-Deme un castigo, padre.
Richard dió la orden de trasladar al cuarto principe a una habitación más cercana de el, y sin siquiera mirar a su hijo en el suelo pasó de largo.
Casey entregó a Noah a uno de los caballeros imperiales, y en vez de irse, se quedó junto a Kosher.
-Yo no sabía-los ojos azules con lágrimas miraron al primer príncipe.
El rubio mantuvo su expresión fría en el rostro, kosher no pudo evitar temer por su vida, entre su padre y Casey, era preferible tener a Richard de su lado.
-Verás, Noah es débil-al nombrar al pequeño los ojos fríos de Casey se volvieron cálidos-nunca ha socializado con otras personas, ni ha salido al exterior.
Los ojos azulados se sorprendieron al ver el cambio de ambiente.
-¿Por qué padre tiene a Noah?
Esa pregunta hizo que Casey volviera a ser lo de antes, en el interior se sentía molesto.
-Su interés desaparecerá con el tiempo.
Casey estaba seguro de eso.
Sus pasos se dirigieron hacia el segundo principe, arrodillandose para estar a la misma estatura del cuerpo de este príncipe inútil.
-Si Noah enfrenta otro peligro por tu culpa...-la voz de Casey se escuchó en el oído de Kosher-me encargaré de mostrarte el infierno en vida.
Nadie notó que los ojos de Casey se habían vuelto rojizos, ni siquiera, el mismo.
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Pequeño Cruella.
Fantasy(I)-Destino desea una vida tranquila, dónde no haya ruido y solo paz, dónde no tenga que escuchar a los estúpidos de sus hermanos pelear o meterse en relaciones románticas tóxicas de las cuales es imposible salir. El solo quiere vivir para dormir. R...