II-Primera vida.

57 5 0
                                    

Han pasado siglos desde que Muerte se fue.

Creí que no necesitaría su ruido constante pero cada vez que estoy solo espero escucharlo.

Creación se siente igual, no tiene con quien discutir diariamente.

Estamos...vacios.

He llorado por el tanto tiempo que lamento no haber sido un mejor hermano.

No sé cuándo aparecerá.

Ni como será físicamente.

Ahora recibimos un mensaje del séptimo anciano, Dios creó a un ser débil que es capaz de pensar, y nosotros tenemos que guiarlos, Creación se encargará de multiplicarlos, yo de guiarlos en su camino de acuerdo a su alma y...

No sé que pasará sin Muerte.

Le dije a Creación que no hiciera muchos, está tierra está dividida así que hay mucho terreno para ponerlos, pero, sin Muerte, las almas que mueran podrían quedarse en este mundo vagando.

Y la sobrepoblación podria ser un caso más.

Creación se me acerca, observo sus pendientes de diamantes, fueron creados por Muerte.

-Me iré.

¿Se irá? ¿Me dejará en esta tierra con estos seres débiles?

-Pasaré a la siguiente vida.

Ah...

Supongo que te aburriste.

-Te buscaré Destino.

El cuerpo de Vilius desaparece lentamente, dejando unas luces blancas y su sonrisa antes de partir. Mi mirada se queda en el lugar de su partida por horas.

Las gotas de lluvia me hacen volver a la realidad, mientras esas gotas recorren mis mejillas me río con lágrimas en mis ojos.

Golpeó mi pecho con fuerza.

No llores.

No hagas algo tan débil.

Mis gritos se escuchan por el bosque hasta ver a Belcebú con un paraguas. El lo deja flotando encima de mí, se quita su grande chaqueta colocándola en mis hombros. Me abraza, quizás para tranquilizarme.

-Hace frío.

Sus palabras son más frías que este clima.

-Ven a mi palacio.

Me río llorando en su pecho.

-Sigue intentándolo.

El acaricia mi espalda, logrando que los sollozos se hagan más audibles.

Estoy triste.

Me duele el perder a dos hermanos.

Muerte fue alejado por las órdenes de Dios, y Creación simplemente se vió tan solo por la perdida de su amante y de Muerte que decidió irse.

Belcebú me acaricia la mejilla secando mis lágrimas.

-¿Me creerías si te digo que me gustas?

Le sonrío.

Se que te gustó, pero tú y yo no somos compatibles Baal. Mi vista se llena con su rostro acercándose hacia mis labios. Nos detenemos cuando falta tan cerca, el me pide que no haga esto.

-Perdón.

Lo siento por ilusionarte.

-Solo quería saber que se sentía.

Era curiosidad.

Simplemente eso.

-Entonces, usame cómo prueba.

Pequeño Cruella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora