Cap 33: El Ocaso de un Amor Eterno[Final]

100 17 1
                                    

Capítulo Final: El Ocaso de un Amor Eterno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo Final: El Ocaso de un Amor Eterno

La luz dorada del atardecer se filtraba por las ventanas de la acogedora casa, pintando las paredes con tonos cálidos. Tzuyu y sana, sentadas en el sofá de la sala, se miraban con esa complicidad que solo se construye con años de amor y vivencias compartidas.

Era una tarde especial, la celebración de su aniversario número diez. Risas, lágrimas y recuerdos. Tzuyu, con su cabello aun castaño y las manos marcadas por el tiempo por el arduo trabajo de tantos años, sostenía un álbum de fotos. Cada página era un tesoro de momentos, desde el día de su boda hasta las vacaciones familiares, las navidades y los momentos cotidianos que habían hecho su vida juntos tan especial.

—¿Recuerdas este día? —preguntó Sana, señalando una foto de su viaje a París.

—¿Cómo olvidarlo? —respondió Tzuyu con una sonrisa—. Subimos a la Torre Eiffel y juramos que nuestro amor sería tan eterno como esa ciudad.

Ambos rieron, recordando lo jóvenes y llenos de sueños que eran. El amor había cambiado, madurado con los años, pero seguía siendo tan fuerte como siempre. Sana acarició suavemente la mejilla de Tzuyu, sintiendo la textura familiar de su piel.

—Hemos tenido una vida maravillosa juntas, ¿verdad? —dijo ella con una voz suave, casi un susurro.

—Sí, y cada día contigo ha sido un regalo —contestó Tzuyu, mirándola con ternura.

Decidieron salir al jardín, donde el aroma de las flores llenaba el aire. Sanase apoyó en el brazo de Javier mientras caminaban hacia el banco bajo el roble, su lugar especial. Se sentaron en silencio, disfrutando de la serenidad del momento, viendo cómo el sol se ocultaba en el horizonte.

—¿Sabes? Siempre he pensado que nuestro amor es como este atardecer —dijo Tzuyu—. Puede que el día termine, pero la belleza del ocaso es eterna, y siempre habrá un nuevo amanecer.

Sana asintió, sintiendo una paz profunda en su corazón. Sabía que, sin importar lo que el futuro les deparara, siempre tendrían esos momentos, esos recuerdos, y el amor que habían cultivado durante tantos años.

Se quedaron allí, abrazados, mientras el cielo se teñía de colores vibrantes, y la noche comenzaba a caer. El sonido de las hojas susurrando con la brisa era como una melodía suave, una canción de cuna para su amor eterno.

La noche avanzó y las estrellas comenzaron a brillar en el cielo, como diamantes dispersos en un manto de terciopelo negro. Tzuyu miró a Sana y recordó la primera vez que la vio. Nunca hubiera imaginado entonces que esa joven de sonrisa encantadora se convertiría en su compañera de vida, su confidente y su todo.

—¿Te acuerdas del baile de nuestro primer baile primavera? —preguntó Tzuyu, rompiendo el silencio con una sonrisa nostálgica.

—Claro que sí —respondió Sana, sonriendo—. Llevabas ese traje ridículo con la pajarita que tanto odiabas.

—Pero a ti te encantó —dijo ella, guiñándole un ojo.

—Sí, porque sabía que lo habías hecho por mí —contestó ella, apretando su mano.

Pasaron un rato recordando anécdotas de su juventud, riendo y llorando por igual. Era un recordatorio de lo mucho que habían vivido juntas, de las pruebas que habían superado y de la felicidad que habían compartido.

Finalmente, el cansancio comenzó a hacer mella en ellas. Decidieron regresar a la casa, donde el calor del hogar los envolvió como un abrazo reconfortante. Se prepararon para dormir, siguiendo la rutina que habían establecido a lo largo de los años, pero esta vez, con una sensación de paz aún mayor.

Antes de apagar la luz, Tzuyu se volvió hacia Sana y le dijo:

—Gracias por estos Diez años, mi amor. No podría haber pedido una vida mejor.

—Gracias a ti, Tzuyu. Por todo. Te amo.

—Y yo a ti —respondió ella, besándola suavemente en la frente.

Se acostaron juntas, abrazadas, sintiendo el calor del otro. Mientras Sana cerraba los ojos, una última imagen cruzó su mente: la de ellas dos, caminando de la mano hacia el horizonte, hacia un futuro desconocido pero lleno de amor y promesas cumplidas.

Y así, en la tranquilidad de la noche, Sana y Tzuyu se dejaron llevar por el sueño, sabiendo que su amor había perdurado más allá del tiempo, y que siempre lo haría.

Gracias por a verme acompañado en el transcurso de la historia quizás fue la rapido el final pero igual aquí se los traje con mucho amor, si quieren un especial no duden en decirme yu lo pensare, por ahora esto es todo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gracias por a verme acompañado en el transcurso de la historia quizás fue la rapido el final pero igual aquí se los traje con mucho amor, si quieren un especial no duden en decirme yu lo pensare, por ahora esto es todo. Gracias por acompañarme en esta historia. 

[Me puse sentimental con el fina, me gusto cada parte de este cap]

-Choi_dandan

𝐕𝐈𝐕𝐈𝐄𝐍𝐃𝐎 𝐉𝐔𝐍𝐓𝐀𝐒 [𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔] 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora