Hela.
Se encontraba apoyado en el umbral de la puerta observándome como si fuese un plato de comida.
Respira Hela, respira
Tragué grueso.
Mierda.
¿Que mierda hace aquí?
«Eres tonta o te haces?»
Vale vale, ya entendí.
Disimulemos un poco.
—¿Que haces aquí Alexander?—pregunte, fingiendo una tranquilidad que para nada tenía
El sonrió observándome de la misma manera.
—Creo que eres lo suficientemente inteligente como para saberlo, Hela. —respondió confirmando mis suposiciones.
Comenzó a acercarse hacia mi lentamente como si de un gato que acecha a su presa se tratase, quedando frente a mi a una distancia tan corta que podía sentir sus labios en los míos.
Mierda.
«¿Cómo que hace calor aquí, no?»
Respétate hela.
Pero estoy ovulandoo
—La verdad que no, Alexander. —respondí sin embargó, haciéndome la desentendida. —. Te apareces de la nada en mi habitación ebrio, apenas si te puedes mantener de pie y pretendes que adivine lo que... —Interrumpió mi intento de evadir el tema tomándome bruscamente de la cintura y estrellandome contra la pared con poca delicadeza, reclamando mi boca con hambre y desesperación, hasta que casi me pareció imposible seguir su ritmo y respirar.
Podía sentir su dureza contra mi vientre.
Mierda.
Esto no era parte del plan
Intentaba resistirme a el manteniendo mi boca cerrada sin corresponder su beso
Pero el utilizo aún más fuerza mordiendo mi labio inferior robándome un jadeo que termino dándole paso a su lengua dentro de mi boca comenzando una guerra por el control.
Poso una de sus manos en mi cabello, sujetandolo con fuerza y empujandome hacia el.
Su cuerpo desprendía calor y el aire se iba poco a poco de mis pulmones pero aún así no quería separar nuestras bocas, le correspondía incluso con el mismo ímpetu.
Mis piernas comenzaban a perder la estabilidad, amenazando con perder el control en cualquier momento.
Mierda, a este ritmo no podría mantenerme de pie
Pero necesitaba más, mucho más.
Me pegue más hacia el en un intento por profundizar aún más el beso.
Pero entonces, el se alejo.
Respiraba agitadamente y yo debía estar peor
No podía observarlo muy bien ya que estaba oscuro, pero sentía como su mirada se había oscurecido ante el reflejo de la luna que entraba por la ventana.
Me volvió a sonreír
—Sabia que eras tú Hela —dijo, robándome una sonrisa. —así como sabía que como todas, no te resistirías a mi —continuo, acariciando mi mejilla con sus nudillos provocando que frunza el ceño. —aunque meterme entre tus piernas fue más fácil de lo que creí. —me alejé.
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PHOENIX
RomanceEn la mitología griega, el Fénix(Phoenix) es un ave de larga vida que se regenera de las cenizas de su predecesor. Según algunas fuentes, el fénix muere en un espectáculo de llamas y combustión para luego renacer de sus cenizas. El ave fénix simboli...