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Seungcheol probablemente debería castigarlo por responderle de esa manera, pero se esta divirtiendo demasiado jugando con el. Y le dijo que podía hablar todo lo que quisiera.

Joshua vuelve a trabajar y Seungcheol vuelve a centrarse en el televisor. Termina viendo un episodio entero de alguna manera, a pesar de que apenas recuerda algo. Hay una pobre chica enamorada de un chico rico, y eso es todo lo que capta .

Sigue viendo a Joshua, en vez de eso, el movimiento de los músculos de sus brazos y espalda mientras desliza la esponja sobre el suelo, la forma en que su pequeño trasero insolente se mueve mientras limpia.

Cuando Joshua se levanta y comienza a trabajar con el exterior de la nevera, Seungcheol se levanta del sofá. Merodea silenciosamente hacia la cocina, tan silenciosamente que Joshua ni se da cuenta que se está acercando.

Joshua está de espalda, frotando con diligencia la puerta de la nevera, y Seungcheol se escabulle justo detrás de él. Se acerca y empuja la cadera de Joshua y Joshua deja caer la esponja y se da la vuelta sobresaltado.

Seungcheol no espera a que la sorpresa se convierta en alivio. Levanta a Joshua lo empuja contra la nevera y lo impulsa con un movimiento rápido.

Joshua echa la cabeza hacia atrás y se golpea contra la nevera.

Seungcheol sabe lo mucho que a Joshua le encanta ser maltratado. Ama cuando Seungcheol usa la superioridad de su fuerza a su favor.

Por alguna razón a Joshua le gusta sentirse pequeño y delicado y es más fácil satisfacerlo ahora que Seungcheol ha estado ejercitándose.

Seungcheol le da una estocadada, aplastandolo contra la nevera con sus caderas.

—¿Has pensando en alguna respuesta?

—¿Que? – la palabra sale como un susurro y sin aliento.

—A mi pregunta de antes. ¿Cuanto lo quieres?

Seungcheol gira sus caderas para enfatizar su punto y la boca de Joshua se abre en un pequeño jadeo sin sonido.

Cuando Joshua sigue sin decir nada, Seungcheol comienza a retirarse pero los ojos de Jisoo se abren rápidamente y aprieta fuertemente el pene de Seungcheol.

—Espera.

Seungcheol espera.

Joshua se lame los labios y sus ojos revolotean atrás, adelante y entre los de Seungcheol.

—Te quiero más que a nada. Y haré lo que sea. Todo lo que quieras. Todo lo que me digas. Esa es la cantidad.

Seungcheol se queda quieto. Hay un peso en esto que no existía antes. Una pesadez en la respuesta de Jisoo que la pregunta de Cheol no estaba pidiendo.

Pero ahora que Joshua se la ha dado, Seungcheol, Seungcheol piensa que tal vez es lo que quería escuchar todo este tiempo.

Seungcheol une sus bocas, abriéndose paso en la boca de Joshua. Lo besa con tanta fuerza que está temblando por eso.

Con un poco de esfuerzo, engancha sus brazos debajo de las piernas de Joshua en vez de arriba para poder levantarlo más y follarlo mejor, más duro.

Las manos de Joshua se alzan por encima de su cabeza mientras lucha por mantenerlas ahí, finalmente agarra el borde superior de la nevera mientras Seungcheol se golpea contra él, y su coxis golpea repetidamente contra la puerta.

Toda la alegría de antes se ha ido, algo mucho más primordial tomó su lugar. Seungcheol quiere marcarlo, señalarlo, tomar todo de él. Quiere vaciar a Joshua, sumergirse en él y quemar todo su interior.

Seungcheol lo embiste frenéticamente, hunde sus dientes en el hombro de Joshua y se corre completamente destrozado.

Ni siquiera está seguro si Joshua se corre; Seungcheol se sigue moviendo con bastante fuerza como para pensar algo al respecto incluso si tuviera que hacerlo.

Todo lo que puede pensar es empujar más y ahogar el cuerpo de Joshua con el suyo.

—Ahora es mío. Todo. Todo lo que acabas de decir.

Los pequeños puños de Joshua se aferran a él, y asiente con la cabeza.

—¿Qué es lo que más te gusta? – le pregunta Joshua después de eso, repitiendo la pregunta que Seungcheol una vez le hizo.

Seungcheol lo piensa. Piensa en las cuerdas, las vendas de ojos y la fusta. Pero en realidad, no siente un vínculo especial con ninguna de esas cosas.

—Me gusta lo que te gusta – dice finalmente.

—¿Entonces esa es la única razón por la que estás haciendo esto? ¿Porque me gusta?

Seungcheol no sabe cómo responder a eso. Casi dice que sí, esa es la razón, ya que por eso empezaron todo esto en primer lugar, pero la mirada vulnerable de Joshua le dice que podría ser la respuesta equivocada.

—No – comienza Seungcheol, tentativamente. —También es divertido para mí.

La vulnerabilidad es reemplazada por la decepción.

—¿Divertido? – repite Joshua, sin vida.

Seungcheol abre la boca para corregir su error, pero la cierra de nuevo una vez que se da cuenta de que no sabe cómo. No sabe qué otra respuesta dar. No si querer hacer feliz a Joshua no es una respuesta adecuada tampoco.

—¿No sacas nada de esto? – pregunta Joshua.

No de la forma que tu lo haces, piensa Seungcheol pero no lo dice. En vez de eso, se le ocurre una verdad con la cual espera que ambos puedan vivir.

—Me vuelvo todo tu mundo. Cuando los guantes están puestos, sólo me ves a mí. Eso es lo que obtengo.

Joshua baja la guardia un poco ante eso.

—Podemos hacer otras cosas. Cosas más intensas. Puedes utilizarme como quieras.

Seungcheol hace todo lo posible para no pensar en esas veces en las que quiso hacer precisamente eso. Utilizarlo. Marcarlo. Tomar todo. Esos no son los deseos que Seungcheol tiene normalmente, y no es del todo cómodo tenerlos.

Quiere hacer feliz a Joshua. Quiere cuidarlo. Protegerlo. No quiere ser la cosa de la que Joshua necesite protegerse.

No responde a la oferta de Joshua. En vez de eso, envuelve sus brazos alrededor de él y lo acerca. Se recuerda a sí mismo que esto es lo que realmente quiere: a Joshua, en sus brazos, a salvo y completo.

RENDIDO "Cheolsoo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora