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Joshua es principalmente uno de los que le gusta jugar un poco durante este tipo de cosas, molestando a los demás y disfrutando de su atención, pero hoy, principalmente se mantiene reservado.

Sus fantasías juegan una y otra vez en su mente, cada una más gráfica que la anterior. Y luego, alcanza a vislumbrar el cuero y el suelo se cae justo debajo de él. Está a la deriva, el flujo y el reflujo de las mar están a punto de alcanzarlo.

Seungcheol está usando guantes. No son los guantes, pero son negros y son de cuero, y Joshua los quiere en su piel. Su hyung se para a lado de él, flexionando los dedos, probando el cuero.

—No está mal. Pero me gustan más los míos.

Joshua ni siquiera puede responder a eso. Ha perdido su capacidad de hablar, su voz está igual bloqueada que su pene. Trata de acercarse a Seungcheol, sus dedos está necesitados de estirarse hacia él, como una flor en busca del sol, pero Seungcheol se ríe y se pone fuera de su alcance.

—Compórtate —murmura el mayor y Jisoo se ha ido

Siente una oleada de devoción tan fuerte que casi lo derriba. De repente se siente más ligero en la habitación, como un pequeño cometa que flota en el cielo, su sujeción al mundo cada vez se vuelve más y más tenue en cuanto más se mueve Seungcheol. Mira calladamente como Seungcheol toma su posición frente a la cámara, inclinando su rostro mientras que el obturador lo toma.

En algún lugar lejano, Joshua sabe que algo va mal, pero no puede aferrarse muy bien al pensamiento; flota más lejos cada vez que lo intenta, dispersándose antes de que pueda unirse. Todo lo que sabe con certeza es que tiene que quedarse quieto. No sabe cómo lo sabe, pero lo hace. Se supone que debe quedarse quieto. Si Seungcheol no le ha dicho que se mueva, tiene que quedarse quieto. El mundo gira a su alrededor, y Joshua no se da cuenta de nada de
eso.

El americano se queda justo donde está. Como un buen chico, no se mueve. Pero su muslos se juntan y sus manos se agitan a sus costados, y para el momento en que Seungcheol comienza a regresar hacia donde está él, no puede evitar dejar escapar un suave gemido. El sonido es suave, pequeño y no del todo humano, y aunque nadie más parece oírlo, los ojos de Seungcheol se posan directamente en él.

Unas manos fuertes se apoderan de sus hombros. Seungcheol se agacha para mirarlo mejor, mirando de un lado a otro entre sus ojos.

—Mierda —murmura Seungcheol, y después Joshua está siendo volteado y sacado de la habitación.

Llegan hasta el baño. Seungcheol medio lo carga y mete en el cubículo más lejano.

—¿Shua? —dice, levantando sus manos para agarrar su rostro.

Joshua. Ese es su nombre. Pero no puede pensar: más allá de eso. Hay una sensación de alarma en la voz de Seungcheol, pero Joshua no entiende por qué. Todo está bien ahora. Seungcheol está aquí. Joshua se echa hacia delante y se frota contra Seungcheol como un gato, acurrucándose más cerca cuando unos cálidos y protectivos brazos se enrollan alrededor de él.

SeungHyun se ríe y acaricia su cabello.

—Eres un desastre.

Seungcheol lo sostiene y lo acaricia, hasta que vuelva de nuevo a sí mismo, hasta que el hilo de su cometa se vuelva a enrollar en el carrete.

Joshua lo mira con los ojos narcotizados, exprimidos sin siquiera haberse esforzado.

—¿Qué ha pasado? —murmura.

El mayor se ríe, una sonrisa que forma hoyuelos en sus mejillas.

—Caíste en trance. Ni siquiera sabía que podría ocurrir de esa manera.

Jisoo parpadea un poco al oír las palabras de su novio. Todo se siente extrañamente lúcido en retrospectiva. Recuerda los guantes de cuero y una suave orden para que se comporte. Recuerda haber estado flotando.

—Mierda —dice Joshua, una suave risa alegre sale fuera de él. Caer en el subespacio no es nuevo para él, pero nunca ha ocurrido así. —No sé cómo sucedió. Fue diferente de las otras veces, no tan profundo, pero todavía potente como para sentirse drogado.

Ahora que Joshua está casi coherente de nuevo, la preocupación de Seungcheol se desvanece. Le da miradas cálidas a Joshua y toques aún más cálidos, y lo empuja suavemente contra la pared para darle un beso.

Joshua se desploma contra la pared mientras la boca de Seungcheol se apodera de la suya. Se abre ante la dulzura dolorosa de ella. No tiene idea de cuánto tiempo se quedan así, atrapados el uno al otro en este pequeño cubículo.

Demasiado tiempo, está seguro, pero no se atreve a parar. Se queda deshuesado en los brazos de Seungcheol y deja que lo besen. Pero su burbuja se revienta por fuerzas externas, así como lo hace normalmente. La puerta del baño se abre, y Seungcheol inmediatamente levanta a Joshua.

Joshua lucha contra una risita mientras se levanta de la pared, sus piernas están enroscadas alrededor de la cintura de Seungcheol. Seungcheol le cubre la boca para hacerlo callar.

—¿Coups-hyung? —llama Jun. Los ojos de Seungcheol se clavan en los de Joshua.

—¿Sí?

—¿Has visto a Shua-hyung? Sigue el.

—Nop

Los pies de Joshua cuelgan a los costados de Seungcheol, lo suficientemente alto como para no ser vistos debajo de la puerta del cubículo.

—Oh. Bueno. Supongo que haberlo pasado por alto. —los pasos de Jun se vuelven más suaves a medida que se aleja, pero entonces el sonido llega a su fin —Sólo para que sepan, quieren hacer un par de fotos grupales más después de las de Joshua-hyung.

—Está bien —responde Seungcheol, sus caderas se apuntan justo entre los muslos de Joshua. Le da una suave embestida al americano. —Ya casi termino aquí.

El calor inunda todo el cuerpo de Joshua. Arrastra un beso lascivo a través de la palma de Seungcheol mientras Jun sale de la habitación. SeungHyun sonríe y vuelve a juntar sus bocas una última vez.

RENDIDO "Cheolsoo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora