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—Parece que te vendría bien otra copa.

Joshua lo reconoce como el dueño del club. Es de mediana edad, con una sonrisa confianzuda y un traje ajustado que oculta la gordura alrededor de su centro.

Inmediatamente, Joshua vuelve a poner su sonrisa de vuelta en su lugar. Se supone que debe estar trabajando.

—Claro. Gracias.

El hombre le da otra copa junto con una mirada apreciativa, y Joshua sonríe y finge que está halagado. Le dan atención como esta todo el tiempo. Proveniente de hombres mayores que no son tan cercanos a sus esposas como deberían serlo, que quieren acercarse furtivamente a él y coquetear con lo que podría haber sido.

Generalmente Joshua los complace. Por eso, cuando el hombre se inclina y le susurra una mala broma acerca de no ser capaz de aguantar el licor, Joshua se ríe, agitando el dorso de su mano para cubrir su boca.

Sus ojos caen de nuevo hacia Seungcheol como de costumbre, y su corazón golpea por lo que encuentran allí. El mayor lo está mirando directamente. Sus ojos están clavados y fijos.

El color vuelve de nuevo a la habitación al mismo tiempo que el aire se retira de ella, y de repente todo se siente más real, la copa en su mano y el suelo bajo sus pies. Una pequeña gota de sudor rueda por la nuca de Joshua.

El pelinegro se inclina hacia su nuevo compañero y tiembla cuando la mirada de Seungcheol se oscurece. Sostiene esa mirada durante todo el tiempo que puede, estirando el momento con un lento arrastre de sus dientes a través de su labio inferior. Seungcheol se enfoca en el movimiento y luego aparta la mirada bruscamente.

Pero en lugar de desaparecer de nuevo en el fondo, Joshua se llena de un crudo alivio, el mundo a su alrededor sigue girando con un color exuberante y saturado. Porque a pesar de que Seungcheol no lo está mirando, Joshua puede sentir que está alerta. Joshua todavía tiene su atención.

El dueño del club sonríe por el nuevo brillo en los ojos de Joshua, pensando que es por él. Trata de hacer otra broma, sonriendo más ampliamente cuando Joshua se ríe y le da un codazo en el hombro.

Seungcheol se tensa al oír el sonido de la risa del americano. Todavía sigue sin mirarlo, pero su agarre se aprieta alrededor del cuello de su cerveza, la botella está suspendida a medio camino entre la mesa y sus labios. Un músculo nervioso se desliza a lo largo de su mandíbula antes de alzar la botella por completo y tomar un buen trago. Joshua ni siquiera intenta ocultar lo satisfecho que se siente.

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Cuando finalmente son capaces de salir, el coche de Seungcheol regresa primero al hotel. Joshua trata de alcanzarlo, pero para el momento en que logra pasar a la multitud de fans de la entrada, Seungcheol ya está metido en el elevador.

El pelinegro suspira y toma el siguiente. Seokmin lo sigue, cargando el enorme bolso de Joshua. Llegan a su suite donde el resto de su equipaje ya lo está esperando.

—¿Necesitas algo más? —le pregunta Seokmin. Su sonrisa es tan brillante como lo era esta mañana cuando estaba mucho menos cansado.

—No, estoy bien —Joshua rechaza la oferta tan pronto como se la hacen, pero luego se da cuenta de que sí necesita algo. —¿Cuál es la habitación de Hyung?

No tuvo oportunidad de preguntarle a Seungcheol ese rato.

—Oh, cierto —Seokmin se tantea los bolsillos antes de sacar el duplicado de la tarjeta de acceso de Seungcheol. —Aquí tienes.

Seokmin no le dice nada a Joshua de que sea discreto a pesar de que parece querer hacerlo.

Joshua espera unos minutos después de que se va Seokmin antes de salir por la puerta. Es familiar, merodear por los pasillos del hotel en el medio de la noche. Se pregunta si Seungcheol lo sigue esperando o ya está acurrucado en la cama.

Una vez que Joshua encuentra el número correcto de la habitación, mira hacia uno de los extremos del pasillo y luego hacia el otro, asegurándose de que no haya testigos accidentales. Luego desliza la tarjeta en la ranura y observa como la poca luz cambia a verde.

Revisa el pasillo una última vez antes de meterse dentro de la habitación poco iluminada. Apenas y da dos pasos cuando sale una mano y lo agarra por el pelo. Su garganta se agita ante el sonido del cuero chirriando alrededor de un apretado puño.

Guantes.



Lo prometido es deuda. Tal vez mañana actualice. Muchos besitos💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋😇🍒

RENDIDO "Cheolsoo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora