¿Qué pasa cuándo mueres en tu mundo y despiertas en otro totalmente diferente?
Felix tendrá que descubrir cómo lidiar con cosas que no entiende ni conoce, sobre todo con tratar de lidiar con el humor de un explosivo rey.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ˖ ࣪ ‹ 𝗗𝗮𝘁𝗼𝘀...
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—Hyunjin— el nombrado se tensó visiblemente, podía saber de quién era esa voz que siempre lo persiguió hasta en sus pesadillas, se disculpó con los Park y después volteó hacia el origen de todo sus males.
—Bruja, padre.— el rubio saludó a sus progenitores y Nawoon tuvo que contenerse para no darle un fuerte golpe en la cabeza, pues estaban en público, sin embargo, después se iba a encargar de sacarse todas las que le había hecho ese mocoso.
—Habla con respeto a tu madre, cachorro ingrato.— Habló la mayor cruzando de brazos y soltando un suspiro. —¿Sabes de qué me enteré? Ni siquiera mi propio hijo pudo decirme que iba a ser abuela, lo supe por terceros y para peor en esta estúpida fiesta.
Hyunjin solo sonrió de manera tensa, quería gritar e incluso decirle a la vieja bruja que nunca tuvo pensado decirle, pero eso solo haría que se ganara una gran paliza, si era que ya no se la ganó.
—Felicidades hijo.— habló esta vez la voz de la razón, Sungki, quien era un omega bastante tranquilo y muy buen estratega.
—Tendremos una pequeña charla mañana, por cierto, nos quedaremos en el palacio una temporada.— Y ahí estaba lo que más temía, ahora tendría que aguantar al rey demonio bajo su techo una vez más, bueno, al menos esos meses fueron pacíficos.
—Put* vida.— murmuró por lo bajo hastiado, de verdad estaba tentado a tirarse por el balcón más cercano que encontrara.
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Felix se dio la vuelta al sentir como alguien se acercó por detrás, se acercó a la orilla del balcón y miró con el ceño fruncido al desconocido, pero sus ojos se abrieron con sorpresa cuando esa persona se quitó la bufanda que le cubría parte del rostro y también se quitó la tela que cubría su cabeza.
—¿Ma-Mamá?— sentía que miraba un fantasma, era ella, su rostro se veía más joven de lo que recordaba, más cuidado y pulido.
—Felix.— ella se acercó para envolverlo en un abrazo teniendo cuidado al notar el bulto en su panza.
—Te extrañé tanto, mi pequeño.
—Mamá.— el menor también la abrazó con algo de fuerza, se sintió tranquilo cuando olfateó un aroma suave que salía de ella, era cálido, reconfortante, y seguro. Él también había extrañado un abrazo de ella así. —Yo te eché mucho de menos, siempre quise volver a verte.
