Pasó medio año más, Karen ya pesaba 185kg y continuaba creciendo.
Y como en toda relación, hay momentos privados.
La intimidad y las relaciones físicas se habían convertido en un verdadero desafío para nosotros. Cuando comenzamos la relación, era muy fácil tener relaciones sexuales, su cuerpo pequeño y delgado era muy manejable, pero fue engordando cada vez más.Ahora Karen era mucho más pesada que yo, y aunque siempre la encontraba hermosa y sexy, a veces me resultaba difícil manejar con su creciente tamaño. Sus movimientos eran aún más lentos y pesados, y a veces sentía que me estaba aplastando al estar encima de mi.
Sin embargo, siempre intentabamos encontrar formas de adaptarnos a esta nueva dinámica y mantener nuestra conexión.
Una forma divertida en la que nos adaptamos fue cuando le compré lencería de vaca, esto porque ella siempre hacía chistes sobre que era "tan pesada como una vaca" y que me terminaría aplastado algún día. Se veía muy sexy con eso puesto.A medida que Karen seguía subiendo de peso, la diferencia en nuestros tamaños se volvió aún más notoria.
Yo, que siempre había sido más alto y ligero que ella, me sentía más pequeño y débil en comparación. A veces, en la cama, me sentaba frente a ella, me acostaba y apoyaba mi cabeza en su regazo, sentía que casi podía desaparecer en la suavidad de sus muslos. Cuando intentaba levantarla para abrazarla, necesitaba toda mi fuerza y aún así encontraba resistencia en su peso.Cuando teníamos relaciones sexuales, a menudo teníamos que tomar pausas extra para que Karen pudiera recuperar el aliento.
Mi cuerpo se estremecía debajo del suyo, tratando de encontrar la mejor forma de sostenerme contra su gran peso, el cual iba en aumento. A veces teníamos que cambiar de posición a mitad de camino, ya que sentía a Karen demasiado pesada para mí, sentía que me aplastaba muy seguido. Sin embargo, a pesar de los desafíos, seguíamos encontrando formas de conectarnos físicamente y disfrutar de nuestra relación, incluso en esta nueva diferencia de tamaño.El tamaño de Karen era ahora tan voluminoso y suave que a veces me sentía abrumado al intentar tocarla. Sus grandes lonjas y sus gordas piernas hacían sentir mis manos más pequeñas y débiles.
Cada vez que intentaba abrazarla, sentía que mis brazos no eran nada en comparación con su creciente masa. Pero a pesar de esto, seguía encontrando belleza en su tamaño y disfruté de sentir su suavidad contra mi piel.Además de eso, otra cosa difícil era intentar caminar o hacer cualquier cosa física con ella a mi lado. Su tamaño dificultaba cualquier movimiento prolongado. Cuando íbamos de paseo, nos ralentizaba y tenía que ir más despacio para adaptarme a su paso. Cuando intentaba cargarla en brazos para intentar ser romántico y llevarla hasta algún lugar, su gran peso me agotaba rápidamente. Sin embargo, me encantaba sentirla cerca y apoyándose en mí, aunque eso me dejara muy cansado rápidamente.
También teníamos que considerar cómo su tamaño afectaba nuestra vida cotidiana. Cosas tan simples como subir y bajar escaleras o entrar y salir de coches tenían que ser planificadas con cuidado. Su cadera y muslos generalmente chocaban contra los lados de los autos, y teníamos que asegurarnos de que hubiera suficiente espacio para que ella cupiera. En las escaleras, yo generalmente estaba a su disposición para agarrarla y estabilizarla, porque me daba miedo de que sus piernas no pudieran soportar todo su peso.
A pesar de esto, seguimos adelante y buscamos la mejor manera de solucionar los problemas que su peso nos traía, al fin y al cabo, el que ganara peso era algo que ambos disfrutabamos.
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Diario de un feeder
Teen FictionEn esta historia contaré el cómo engordé a mi ex novia. Como pasó de ser una chica pequeña y delgada a una hermosa chica con obesidad morbida. En la historia no usaré nuestros nombres reales por privacidad. Yo: John Ella: Karen Espero y disfrutes l...