Capitulo 3

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"Hermanos Albrecht"

Massimo Albercht, Sebástian Albrecht y Benjamín Albrecht, hijos del Rey Albrecht y la reina Maldovt  eran los herederos de los Reinos mágicos gobernados por su padre. A medida que crecían se les otorgaba un reino a cada uno a base de su personalidad y habilidades.

 Sebástian Albrecht — El hijo del medio — príncipe heredero de Polygamentos, era una persona muy perfeccionista y de mente abierta, todo debía suceder como el quería y de la manera que quería y no le gustaban para nada la mayoría de leyes del reino. — Son absurdas — Repetía, cada vez que podía. Era más alto que su padre con cabello castaño y ojos verdes, muy parecido a su hermano menor, Benjamín Albrecht — Principe heredero de Astèria —.El era más indeciso, a causa de esto prefería seguir las leyes del reino y los consejos del ministerio,en pocas palabras le daba miedo el fracaso. Era una persona muy extrovertida, de pequeño prefería pasar tiempo con sus primos y su amiga Elizabeth Vance, una bruja parte del reino, que estudiar o practicar. Recibía elogios por sus ojos azules y cabello oscuro, aunque de vez en cuando se molestaba por los comentarios sobre su altura al ser el más pequeño entre sus hermanos .

Massimo Albercht, era el más alejado de la familia, muy poco se sabía de el. Se decía que sus ojos grises eran intimidantes, y no solo eso, era el único que había heredado además de la magia blanca, la magia oscura de parte de su abuelo paterno. Desde pequeño se alejaba de la familia y pasaba mucho tiempo con los brujos, leyendo o creando posiciones.

Fengari, la tierra de la luna necesitaba de un equilibrio perfecto, que  Massimo desde pequeño demostró dominar. La mezcla de sus poderes  lo abrumaba, se rumoreaba que oía voces y a veces colapsaba. A los catorce años una noche se descontroló y se encerró en su habitación. La reina le gritaba desde la puerta pero el se rehusaba a abrir, en un acto desesperado entro intentado proteger a Massimo, pero lamentablemente murió a causa de un golpe de poder involuntario de parte de su hijo.

En el reino no se habló de eso, sabían que no era culpa de Massimo, menos sus hermanos que lo culpaban siempre que podían. Luego de eso Massimo se fue y nunca lo volvieron a ver. A veces le escribían pero nunca había respuesta. Los años pasaron y el rey Albrecht falleció, Massimo no apareció en ningún momento ganándose el desprecio de sus hermanos, los años de luto ya habían terminando y ahora cada uno tenía su reino y los preparativos apenas empezaban.

— La semana de compromiso debe ser perfecta, más de una docena de jovencitas vendrán solo para ser coronadas reinas ¿No es emocionante? — Le dijo Benjamin a Sebástián quien admiraba las estrellas con una taza de tè.

— No lo es Benjamin, reducimos nuestras oportunidades de conocer el amor solo por esa tradición — Le respondió de mala gana, sin despegar la vista. — Si fuese por mi no lo haría, pero como el ministerio insistió...

— Son las tradiciones, son sagradas Sebis

Sebástian rodó los ojos, y siguió tomando tè ignorando la lista que leía su hermano sobre los preparativos — No estamos obligados a leer eso, literalmente lo hacen por nosotros — Pensó, pero su hermano seguía leyendo.

— Osea que si el ministerio dicta que me mates ¿lo harías?

— No lo pensaría dos veces — Dijo entre carcajadas.

— Eso fue muy Massimo de tu parte Benja.

— Uy si, es una broma Sebis, no te mataría, no como Massimo — rodó los ojos, y se recostó en la silla, se quedaron un momento en silencio hasta que Sebastián hablo:

Sympam: El Nacimiento De Una ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora