Capitulo 5

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El simple hecho de levantarse antes de que salga el sol la mayoría de los días era horrible, y aquel jueves lo era más. El insomnio se había apoderado de Sophia, todo lo que había ocurrido la noche anterior la tenia triste y hasta sofocada a la vez. Tenia una guerra mental que en cualquier momento la volvería loca, aunque por fuera se veía normal, a excepción de sus ojeras gigantes.

El mundo a su alrededor parecía haber dejando de tener color, todo era gris y negro. La caminata se hacia cada vez más larga y su cabeza no dejaba de dar golpes, muchas veces se quedó parada por minutos sin saber que hacer, y luego siguió caminando sin darse cuenta.

Llegó a la casa Chester y cómo de costumbre subió las escaleras y se refugio en la recamara de Adrianna. La mañana transcurrió como de costumbre, Adrianna hablaba sobre libros, perfumes y cualquier cosa que se le viniera a la mente mientras Sophia la peinaba oyendo sin escuchar lo que decía. Adrianna bajo a desayunar junto a su familia, y Sophia la observaba desde otro pasillo, sonreía y hablaba con sus hermanos. Pensaba en como se pondría cuando Alessandro le contara, si a ella le dolía a Adrianna la iba a matar. Suspiro y camino hacia la cocina, intento desayunar pero no podía tragar la comida, apenas dio unos mordiscos al pan que no tenia sabor y lo dejo.

Robertt repentinamente entro a la cocina, logrando sacar a Sophia de sus pensamientos. Se incorporo y sonrió, aunque no como de costumbre algo que Robertt noto casi de inmediato.

— Parece que no durmió bien —Hablo tomando una manzana de la cocina, Sophia solo asintió apenada. —No se preocupe, todos tenemos malas noches — Le dedicó una pequeña sonrisa y se fue.

Sophia volvió a su estado anterior, aunque esta vez un poco más consciente. Empezó a dar vueltas por la cocina como siempre lo hacía Adrianna. Algunas de las cocineras ya se habían percatado del comportamiento sumamente extraño he indiferente de parte de Sophia, pero lo ignoraban por completo, pensaban que solo era algo de la juventud, dado que Sophia era la mas joven, apenas había cumplido dieciséis años.

Al rato Sophia ayudó a recoger los platos del desayuno en un intento de mantenerse ocupada, luego subió otra vez a la habitación y empezó a ordenar por color los zapatos de Adrianna, quien se encontraba abajo molestando a Robertt. La mañana paso muy rápido y con mucho esfuerzo había logrado neutralizar su batalla mental. Sin darse cuenta ahora toda la habitación de Adrianna estaba ordenada por tamaño y color, — Se ve bien —Se dijo a si misma, Adrianna era muy relajada así que tal vez ni se daria cuenta. Bajo por segunda vez en el día, pasando disimuladamente por los pasillos, eran largos y llenos de retratos y jarrones, en su mayoría de tonos rosados y dorados. Robertt, quien la seguía desde que había bajado mantenía su distancia, pero siempre estaba detrás de ella. Sophia después de unos minutos se dió cuenta de esto, lo había visto por uno de los espejos. Alzo una ceja y volteo de manera inmediata encontrándose a Robertt con un cigarro en la mano. Sonrió y hablo:

— ¿Pasa algo? — Pregunto cortésmente. Robertt negó un poco apenado, era realmente tímido.

— No, solo me percate de que no había bajado en toda la mañana — Le dijo con la voz un poco temblorosa. Sophia soltó una pequeña risa, la timidez de el le parecía muy tierna. —¿Gusta un té?

— Oh, no, no podría — Hablo está vez apenada.

— No se preocupe, solo serán unos minutos — Insistió, algo en Sophia insistía en hacerlo, después de un conflicto mental como el que había tenido toda la noche y parte de la mañana un té no estaría nada mal. Entraron en una de las salas y Robertt sirvió el té acompañado de galletas de vainilla.

—Me enteré que trabajará junto al príncipe...— Sophia busco en sus recuerdos al príncipe que había mencionado Adrianna, pero su mente la había mantenido muy ocupada.

Sympam: El Nacimiento De Una ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora