La mañana estaba agitadisima, maletas por allí, maletas por allá. Sophia también había empacado sus cosas, no eran muchas, pero eran algo. Antes de las diez de la mañana, todo ya estaba listo, Adrianna que ya se encontraba en el carruaje, no podía esperar el momento para llegar, tenían un pequeño tic en el pie izquierdo desde la noche anterior. Sophia ingreso junto a ella en el carruaje que le correspondía, observando la inquietud de su amiga.
—No puedo esperar el momento de llegar, no dormir nada. Termine de leer una novela, baje y me hice un té de manzanilla, ordene los libros de la biblioteca de papá, y aún no pude conciliar el sueño — A pesar de todos los inconvenientes que tuvo para dormir, se veía muy animada, y lo estaba, parecía niña pequeña en la víspera de navidad.
El carruaje avanzó de manera rápida,Sophia veía constantemente la ventanilla, no sé montaba en una carruaje muy seguido. Rápidamente entraron al bosque, era gigante, y hermoso. Se podían ver algunas ardillas montadas en los árboles, que corrían a esconderse apenas los carruajes se acercaban. Y el aire que tocaba su nariz ligeramente le daba cosquillas, todo era hermoso al igual que el cielo, un azul perfecto con nubes que formaban estrellas y lunas — Literalmente —. Mientras que Sophia disfrutaba del viaje, Adrianna se veía un poco impaciente, siempre moviéndose de lugar y revisando su pequeño bolso.
—Deberías de intentar leer un poco — Comento Sophia, Adrianna que no sabía que hacer le pareció buena idea, saco un pequeño libro de poemas de su bolsito y empezó a leerlo. A los minutos ya estaba realmente sumergida en la novela, no le importaba más nada. El viaje iba a ser realmente largo, al cabo de unas horas, Sophia se durmió sin siquiera notarlo.
***
El alboroto en el castillo de Astèria parecía no tener fin. Las criadas corrían de un lado a otro, organizando todo para las chicas que llegarían en cualquier momento, y no solo ellas, príncipes, princesas, el duque, mucha gente llegaría ese día y en los próximos, todo debía estar perfecto. Elizabeth como de costumbre, organizaba todo, siempre fue estricta, todo debia de quedar perfecto para cada uno de los invitados. Las pobres chicas ya se encontraban molestas, pero no podían hacer nada.
—¿Como va todo? — Pregunto Sebástian.
Elizabeth suspiro.
—Bien, supongo
— Las chicas llegan en la noche, tienes tiempo. Deja de arrugar la frente — Elizabeth suavizó su expresión, solía hacerlo inconscientemente.
— ¿Alguna chica te llama la atención? — Sebastián negó, nisiquiera se había tomado el tiempo de leer la lista. — ¿Que te interesa en una chica?
Sebástian se mantuvo pensativo un tiempo. Habían muchas cosas que le atraían de una mujer, pero pensaba en lo primordial.
—Que tenga buen gusto, inteligente y agradable. Sería lo principal — Se conformaba con algo así, con tal que el ministerio lo dejara en paz.
Benjamín llegó en unos segundos. Por primera vez en todo el tiempo que llevaba conociéndolo, se había levantado temprano. Traía consigo un pan relleno, y una expresión de recién despierto.
—Hermano, te ves horrible — Benjamín le dedicó una mueca a causa del comentario y lo ignoro.
— La señora Macey considero que tenía que empezar a levantarme más temprano —Explicó. La señora Macey era la encargada del harem, y también ayudaba al protocolo que debía seguir la reina, era una mujer realmente estricta, y parecía no envejecer.
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Sympam: El Nacimiento De Una Reina
FantasyDespués de cuatro años de luto. Los tres herederos Albercht están listos para reinar sus tierras. Por otra parte, la joven huérfana Sophia Lafountaine que desconoce de su poder, se embarcará en una relación que la llevará a convertirse no solo en e...