Capitulo 3: La Primera Visita

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Maldita sea, no quiero hacer esto, pero ya le había dado mi palabra a Remus y por el honor de Godric Gryffindor y de nuestra casa tenía que ir a verlo, quizá lo podría sacar provecho de esta situación para tener una cita con Evans, o solo hablar con ella, de pronto ella tendría información de Quejicus, digo, ellos son para mi desagrado muy cercanos.

¡Podría Hacer que Lily le dijera a Remus que Quejicus estaba bien y yo no tendría que ir a verlo!

¡Eres un genio James Potter!

Fui al gran salón con muchos más ánimos de los que tenía al levantarme, y empecé a buscar en nuestra mesa una cabellera de color rojo brillante, no fue muy difícil localizar, Lily siempre fue una chica muy llamativa.

-Hola querida Evans –

- ¿Qué quieres Potter? –

- Tranquila fierecita, solo venía a preguntarte por tu querido amiguito -

- ¿Qué amigo?-

-hablo de Snape, él... -

-ah si quieres venir a decirme algo de él, desde ya te lo digo que no me importa, ahora lárgate que quiero desayunar –

- sabes que él fue llevado a la enf-

- No me importa – me dijo y se fue siguiendo a sus amigas habían empezado a caminar hacia la salida del gran salón, ¡Maldición!

A lo largo del día intenté hablar con ella varias veces, y algunas veces ella parecía estar contenta de hablar conmigo y me mostraba una gran sonrisa, pero al momento de mencionar a Quejicus y donde se encontraba, ella perdía todo interés en la conversación, y se comportaba más grosera que en las veces anteriores.

Mi plan de volver esta fea tarea que Remus me dio en ir a una cita con Evans fue un completo fracaso, después de mi octavo o decimo intento de hablar con Evans sobre la ubicación de Severus me rendí, decidí que iría yo solo y hablaría con el director Dumbledore para saber directamente de él, donde se encontraba Severus y si podría ir a verlo.

¡Si me decía que no, que podría hacer este pobre estudiante obediente de la ley en contra de las órdenes del director!

Busque rápidamente entre nuestras cosas el mapa del merodeador cuando lo encontré busque rápidamente al director, en ese momento el director no se encontraba en Hogwarts, así que me la pase vigilando el mapa el resto de la tarde hasta que apareciera en el mapa, cuando lo hizo, apareció en de repente en su oficina, ya había anochecido y el toque de queda empezaría pronto.

Así que guarde mi capa en uno de los bolsillos y corrí hacia su oficina, ya sabía la contraseña porque se la escuche a la profesora McGonagall unos días atrás, cuando subí el corredor, me encontré con el director de frente.

- Hola Joven Potter, sabía que vendrías, por un momento pensé que no lo harías, pero sé que en el fondo eres un buen muchacho – él me miraba con una sonrisa amable, parecida a la que mis padres me daban – vienes porque quieres saber que paso con el Joven Snape ,¿no es así?

- sí, director, quería saber dónde estaba para ir a verlo, le prometí a Remus que iría a ver como estaba Snape, ¡él no me creyó cuando le dije que estaba bien y me hizo prometer que iría a visitarlo para saber cómo está!– explique rápidamente y casi quedándome sin aire,

- ya veo, el joven Remus en verdad tiene un gran amigo...- guardo silencio por un momento, parecía estar pensando algo - está bien, el Joven Snape, en estos momentos se encuentra en San mungo, ya que deseas cumplir la promesa que le hiciste, te llevaré ahí en estos momentos –

-¡¿Qué?! ¡¿en serio?! ¡Gracias! – ¡Sí! Entre más rápido lo viera, más rápido le contaría a Remus que Quejicus se encuentra, cumpliría mi promesa y podría vivir feliz, para concentrarme en el siguiente problema, como hacer que Remus y Sirius se contenten...

CatatoniaWhere stories live. Discover now