Valentía.

1.4K 75 2
                                    

 Colagusano se pone delante mío y su varita se sitúa entre mis ojos. 

Comienza a sonreír y noto lo torcidos y amarillos que están sus dientes, a una paleta le falta un trozo. Me hace recordar a las ratas, ya saben, su aspecto. Su mirada proyecta felicidad, como si disfrutara eso, como si disfrutara matar gente.

Cierro mis ojos y las lágrimas brotan de ellos. Será la última vez que vea a Harry, Vince, Roy, Hermione, Ron... Draco.

Me reuniré con mis padres. Estaré con ellos, no sufriré más. Todo mejorará. Todo mejorará, estoy segura. Seguridad...

Pero aún así es raro ansiar la muerte, y cuando el momento llega no queremos partir. Los humanos somos muy complicados, en especial las adolescentes como yo, que se han enamorado de un idiota, y sus padres no la acompañan más.
Supongo que antes de morir comenzamos a recalcular todo, verificando paso por paso, recordando cada momento.

La dulce brisa de la noche penetra en mis poros, y un leve escalofrío es impulsado. Tal vez,  estaba equivocada, o tal vez no, porque en ese momento exacto Draco estaba sujetando el brazo de Colagusano. Aunque no quisiera podía notarsele los nervios y el miedo que abrumaban a sus ojos.

-E-espera. -dice Malfoy con un tono débil,  luego lo va endureciendo.

-¿Cómo dices...?-le responde Voldemort con un tono serpentesco.

-Quiero decir... yo lo haré.- la firmeza en su voz se va tonificando cada vez más,  permitiendo ver su seguridad.

El rostro de Colagusano se endurece y enruga rápidamente.  A este no le ha gustado la idea.

-Oh... como quieras chico, pero date prisa.

La mirada de Draco atrapa la de Colagusano, y en un momento bruscamente Malfoy me agarra del brazo y me levanta.
Colagusano se abstendría solamente a mirar, si no fuera por el llamado de su amo, que logro que este saliera de su trance.

El rubio que está delante mío me arroja hacia el piso, cerca de un árbol, al costado de una curiosa lápida que ha sido consumida por los años, y abusada por las enredaderas a su alrededor. La varita de Draco está ahora entre mis cejas, y comienzo a darme cuenta de algo. ¿Qué es peor que morir?, talvez que te mate quien tu amas. El dolor en mi pecho va en aumento, y el calambre ataca mis miembros convirtiéndolos en el camino de un millón de hormigas.

Me limito únicamente a mirarlo, estoy llorando, por lo que mis ojos están rojos, además, siento las ojeras que los rodean. Siento la vista pesada, también, pero intento no dormirme. Ya habrá tiempo para eso.

Draco clava su mirada en mí, pero no aleja la varita. Extrañamente luego, algo en su rostro cambia, como por un espasmo. Con una cara aterrorizada se lleva su mano izquierda (la cual no maneja la varita) a sus labios, presionando el dedo índice contra ellos en señal de "has silencio". Vale, tampoco es como que me pone ansiosa pensar que tengo al señor tenebroso a unos cuantos metros míos.

Luego, su brazo derecho (que sostiene la varita) comienza a bajar lentamente, hasta poner su pieza mágica en el bolsillo.

Es muy raro ver a Draco sin traje. Últimamente ha traído todos los malditos días el mismo traje puesto. Pues, igualmente creo que le queda muy bien. Ya he comenzado a delirar, me desconcentro fácilmente. Supongo que es una defensa del cuerpo ante el miedo, ante el terror... ante la muerte.

Un gran y silencioso suspiro es liberado por mis labios. Los tengo realmente rojos, como moras en su punto de cosecha. Me noto también muy pálida, la noche de luna llena no ayuda.

No me ha matado.

¿Qué es lo que está sucediendo?, ¿Qué clase de chiste mal hecho es este? No sé lo que está ocurriendo, pero es real.

-Draco! Apúrate, debes de presenciar esto...-Gritaba desde la lejanía el señor tenebroso.

Se da la media vuelta con sus ojos clavados en mí, y se va. Me ha salvado, me ha dado una oportunidad.

"Harry!" pienso. Tengo que ayudarlo. Y esos son los únicos pensamientos que tengo ahora por lo que cuando me recupero, trato de levantarme, y avanzo lentamente por el camino que Draco dejó.

Comienzo a ver una ráfaga de luz verde, muy brillante. Otra de color rojo comienza a notarse. Luego los veo. El señor tenebroso y Harry, con sus varitas enfrentadas, y un hechizo lanzado. Intento tomar mi varita, y noto que la he perdido. Comienzo a buscarla con la vista, desesperadamente. La encuentro y corro hacia ella sigilosamente. La tomo, y alzo la vista por un instante. Se me había escapado algo.

Alrededor de aquellos dos magos, había por lo menos ocho mortífagos que presenciaban aquello, para dejar de hacerlo y notarme a mí. Mierda.

No alcanzo a ver a Draco, tampoco me esfuerzo en hacerlo. Y comienzo deliberadamente a tirar hechizos hacia esos lúgubres trajes que se mueven en la oscuridad. Derribo a dos, y otro me agarra desprevenida. Comienzo a cojear, pero lo elimino. Tengo suerte de que siempre se me daban bien los duelos en Hogwarts. Quedan siete. Los dos más cercanos caen al piso, como por arte de magia. Luego me doy cuenta de que algo o alguien lo ha provocado. Cinco personas se acercan a mí, tirando hechizos, y yo devolviendo, logro increíblemente derribar a tres. Quedarían dos a simple vista, pero nuevamente uno cae, como de sorpresa.

El último es más fuerte de lo que pensé, es muy complicado hacerle par, pero lo logro. "Expeliermus" grito, y su varita sale disparada. La capucha de este se ha corrido, comienzo a ver a este nostálgico, y puedo notar un pelo largo y rubio blanquecino. También pude ver los ojos, claros. Pero al intentar correr su capucha, el mortífago gira su brazo como tapándose la cara, y desaparece, en una ráfaga de viento y mugre oscura.

Luego, veo a Harry corriendo enfrente mío, hacia mí.

-Corre!

Harry me ayuda a moverve, y luego él va adelante y yo lo sigo.

¿Puedo ser tan bruta de tropezarme?, pues lo soy. Harry ya está muy cerca del transportador, no va a poder volver a por mí.

Y ahí es cuando la desilusión se libera, como un grito que ha sido suprimido durante bastante tiempo. A la mierda todo.

El señor tenebroso está atrás mío, un poco lejos, pero no lo suficiente como para no poder emplear un hechizo. Y supongo que es aquí cuando vuelo a enamorarme. Siento un empujoncito sobre mis axilas y alguien me levanta.

Draco.

Son talvez, estás cosas las que hacen que me guste una persona tan rara. El hecho de que me levante cuando mis brazos han caído. Eso es lo que amo de él. Ahora lo entiendo.

Me paro, y siento como soy levantada por Malfoy. Me ha cargado. Madre santa. Lo más probable, es que si no fuera por esta situación, estaría derritiéndome como manteca al sol, lentamente, por esto. Draco comienza a correr y alcanza a Harry, quien accidentalmente mira para atrás, pero puede comprender la situación, y un sentimiento de culpa lo abruma. Y así es, como en el inicio, los tres volvemos a tocar la copa.

GUAPURAS, perdón la espera c:

Entré en vacaciones :DDD

Estaba haciendo el especial, y me di cuenta de que se me pasó una semana, y, además tenia como ocho exámenes para los que estudiar XD

Buenoo espero que les  haya gustado el capítulo, espero servilmente a que voten y sobre todo lo más importante, que opinen. Saber si la novela les gusta, me hace querer seguirla <3 En fin. besoss y nos leemos la semana que viene.

Pd: ya subo el especial en poco XD


Love Change (Draco Malfoy y tú) -Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora